Cómo reducir su riesgo de enfermedad de Alzheimer
Desarrollar la enfermedad de Alzheimer no es solo cuestión de mala suerte o genética inevitable.
Hay muchos aspectos de su salud general, estilo de vida y dieta que puede mejorar a fin de reducir su riesgo de desarrollar Alzheimer, demencia y otras enfermedades cerebrales degenerativas. Dichos cambios podrían prevenir o retrasar la demencia hasta en El 40 % de las personas.
Nunca es demasiado pronto para priorizar su función cerebral, y los adultos mayores también pueden hacer cambios para reducir su riesgo o retrasar la progresión del deterioro cognitivo.
¿Qué causa la enfermedad de Alzheimer?
“El camino hacia la enfermedad de Alzheimer y los trastornos relacionados es complejo e incluye factores modificables y no modificables de vulnerabilidad y resiliencia”, dice James E. Galvin, MD, MPH, neurólogo del University of Miami Health System que se especializa en la memoria y los trastornos cognitivos.
“Una investigación emocionante del Instituto del Cerebro de París, nuestro laboratorio (el Centro Integral para la Salud del Cerebro de la UM Miller School of Medicine) y otros investigadores están abriendo nuevas áreas de investigación para comenzar a desarrollar programas de prevención dirigidos a reducir el riesgo de la enfermedad de Alzheimer mediante la identificación de factores de riesgo modificables”, dice.
Al menos 12 condiciones médicas y factores de salud están vinculados a la enfermedad de Alzheimer.
Hay neurólogos que trabajan para determinar cuáles de estos pueden desencadenar la enfermedad (hasta 10 años antes del diagnóstico), cuáles son señales de advertencia del desarrollo de la enfermedad de Alzheimer y qué factores son síntomas de afecciones médicas relacionadas.
La investigación sugiere que estas enfermedades pueden estar asociadas con mecanismos que promueven la acumulación de patología cerebral y daño neuronal que finalmente resulta en la enfermedad de Alzheimer, dice el Dr. Galvin.
- Depresión importante
- Obesidad
- Diabetes
- Accidente cerebrovascular
- Hipertensión
- Cardiopatía
- Hipercolesterolemia
- Pérdida de audición
- Trastornos del sueño (en especial, apnea del sueño)
- Lesiones cerebrales
Algunas afecciones no específicas también están asociadas con enfermedades cerebrales. Estas incluyen estreñimiento, caídas, fatiga, fragilidad, pérdida anormal de peso, estrés y ansiedad.
“Aunque es menos probable que estas afecciones causen enfermedades, pueden servir como marcadores de cambios en el cerebro años antes del desarrollo de los síntomas cognitivos de la enfermedad de Alzheimer”, dice.
El estreñimiento, por ejemplo, puede aparecer siete años antes del diagnóstico de Alzheimer y más de una década antes del diagnóstico de Parkinson.
“También hay algunas asociaciones novedosas, como la artritis por espondilosis cervical, que están vinculadas tanto con la edad avanzada como con la enfermedad de Alzheimer. Dado que la edad también es el mayor factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer, estas dos condiciones pueden compartir un riesgo común sin estar relacionadas entre sí de forma directa”.
Otros factores de riesgo de contraer enfermedades cerebrales:
- Edad avanzada
- Sexo femenino
- Genética
- Etnicidad
- Nivel socioeconómico
- Bajo nivel educativo
¿Qué grupos étnicos y raciales son más vulnerables de contraer Alzheimer?
“En comparación con las personas blancas no hispanas, los afroamericanos tienen el doble de riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. Los hispanos tienen un riesgo 1.5 veces mayor, y los nativos americanos tienen un riesgo 2 o 3 veces mayor”, dice el Dr. Galvin.
“Estos niveles de riesgo pueden estar relacionados con diferencias raciales y étnicas inherentes; el acceso a la atención médica, que es un componente de la ubicación geográfica y el nivel socioeconómico; la discriminación; las inequidades en salud; y la mayor carga de factores de riesgo vascular (obesidad, diabetes, hipertensión) en las minorías raciales o étnicas”.
¿Qué tiene que ver el nivel socioeconómico con la enfermedad cerebral?
El nivel socioeconómico puede afectar la salud cerebral de muchas maneras.
“Los grupos socioeconómicos más bajos tienden a vivir en malas condiciones de vivienda, no tienen seguro o tienen un seguro insuficiente, tienen menos acceso a la atención médica (en particular a especialistas), tienen una nutrición más deficiente, un nivel educativo más bajo y acceso a instituciones educativas de menor calidad, y tienen factores de riesgo vascular más altos asociados con el medioambiente y el estilo de vida”, dice el Dr. Galvin. Todos estos factores pueden aumentar el riesgo de que contraiga Alzheimer.
“El nivel socioeconómico puede contribuir a las disparidades en el acceso a los servicios de atención médica, mientras que la raza y el origen étnico pueden contribuir a las disparidades en la calidad y el alcance de los servicios recibidos. Esto destaca la necesidad de abordar de manera crítica las posibles interacciones entre la raza, el origen étnico y el nivel socioeconómico, lo que puede explicar mejor las disparidades en los resultados de salud de la enfermedad de Alzheimer”.
¿Qué puede hacer para reducir el riesgo de contraer Alzheimer?
“Puede controlar o influir de forma activa en la salud de su cerebro siguiendo algunas estrategias de sentido común”, dice el Dr. Galvin.
Reduzca sus factores de riesgo.
No fume, limite el consumo de alcohol, duerma lo suficiente, reduzca su estrés, evite la contaminación del aire y proteja su cabeza de lesiones.
Mantenga un peso saludable.
Manténgase activo, aliméntese con una dieta saludable para el corazón y el cerebro, rica en verduras y en nutrientes, y evite los alimentos procesados y los azúcares agregados.
Controle sus enfermedades subyacentes.
Siga los medicamentos y las recomendaciones de estilo de vida indicados por el médico para controlar la diabetes, las enfermedades cardíacas, la hipertensión, el colesterol alto, la apnea del sueño y la pérdida auditiva.
Priorice su salud mental.
Busque tratamiento profesional para la depresión y la ansiedad.
Active su cerebro.
Manténgase socialmente activo, aprenda un idioma, practique un instrumento, medite, construya y cree cosas, lea por placer, pruebe nuevas experiencias y desafíese a aprender algo nuevo cada pocos meses.
Salga.
Estar en la naturaleza está relacionado con el bienestar emocional, la reducción del estrés y la estimulación sensorial. Realizar actividad física al aire libre mejora esos beneficios.
Dana Kantrowitz es escritora colaboradora de UMiami Health News
Tags: Centro Integral para la Salud del Cerebro, Dr. James Galvin