Consejos para padres: los niños pueden padecer queratocono
En lo que respecta a las enfermedades oculares progresivas, la mayoría de ellas empiezan a causar problemas a una edad avanzada, en general después de los 50 años. Sin embargo, el queratocono es una de las pocas afecciones oculares progresivas que pueden causar problemas en personas jóvenes, incluso en la adolescencia y los 20 años.
Angela Y. Zhu, M.D., oftalmóloga del Bascom Palmer Eye Institute, afirma que es importante que los jóvenes y los padres conozcan esta enfermedad y estén atentos a ella.
La cifra exacta de casos de queratocono no está clara, pero puede ser más común de lo que creemos. La Organización Nacional de Enfermedades Poco Frecuentes sitúa la prevalencia entre 1 de cada 400 y 2,000 personas. También afirman que parece ser más frecuente entre los niños de ascendencia afroamericana o asiática.
¿En qué consiste el queratocono?
La córnea, la cubierta transparente y externa de la parte delantera del ojo, es la responsable de enfocar la luz en el ojo. Repercute en gran medida en la visión. De acuerdo con la Academia Estadunidense de Oftalmología, las personas con queratocono empiezan a sentir que la córnea se distorsiona o, incluso, parece que “sobresale” levemente del resto del ojo, lo que, poco a poco, provoca visión borrosa y otras complicaciones.
La Dra. Zhu afirma que el primer signo revelador de un problema es un astigmatismo progresivo e irregular o una curvatura anormal de la córnea.
Sin embargo, muchos pacientes con astigmatismo regular no contraen queratocono. El otro signo de que el queratocono puede estar empeorando, afirma, es una prescripción óptica miope que cambia con rapidez.
“Por lo general, el oftalmólogo del niño es el primero que notará esos signos”, afirma la Dra. Zhu. “Si se detecta un astigmatismo elevado o una prescripción que cambia con rapidez, derivarán al niño a un oftalmólogo para que le haga una prueba de queratocono”.
El queratocono no se puede curar, pero la Asociación Estadounidense de Optometría afirma que el tratamiento puede detener o retrasar la evolución de la enfermedad.
Con el tiempo, el queratocono también puede provocar la cicatrización o rotura de la córnea, lo que puede causar problemas permanentes de visión.
La detección temprana es clave para que el tratamiento del queratocono brinde resultados satisfactorios.
Con el fin de detectar el queratocono a tiempo, lo ideal es recurrir a citas oftalmológicas anuales habituales para comprobar si hay signos, como astigmatismo elevado o prescripción óptica que cambia con rapidez. Los niños con alergias o enrojecimiento y picazón crónica que se frotan los ojos de manera constante también corren un mayor riesgo. Los padres pueden hablar con un especialista en cuidados oculares si observan alguno de estos signos o síntomas en su hijo.
La reticulación corneal puede tratar el queratocono.
¿Cuáles son las buenas noticias sobre el queratocono? En los últimos años, se volvió más tratable, gracias a un procedimiento conocido como reticulación corneal. Lo aprobó la FDA en Estados Unidos en 2016, pero se usa en otros países del mundo desde hace mucho más tiempo. “La reticulación corneal cambia las reglas del juego”, afirma la Dra. Zhu. “Es el único procedimiento que aprobó la FDA que puede detener la evolución del queratocono a tiempo”.
El procedimiento ambulatorio consiste en usar riboflavina (vitamina B7) y luz ultravioleta para reforzar las uniones dentro de la córnea, lo que fortalece todo el tejido. Dura aproximadamente una hora y consiste en administrar gotas oculares cada dos minutos durante 30 minutos y exponer los ojos a la luz ultravioleta también durante 30 minutos mediante una máquina.
Por lo general, el procedimiento solo debe realizarse una vez. Sin embargo, algunos pacientes pueden necesitar un procedimiento de seguimiento si se detectan otros signos de evolución de la enfermedad después de algunos años.
La reticulación corneal es eficaz para detener la evolución del queratocono, y es muy segura.
El procedimiento implica un tiempo de recuperación.
La Dra. Zhu afirma que los ojos pueden doler durante un par de días después del procedimiento (como una quemadura de sol en los ojos). Además, la visión puede permanecer levemente borrosa hasta un mes después del procedimiento, pero la mayoría de los niños pueden retomar las actividades habituales en poco tiempo. Por lo general, las personas necesitan gotas para los ojos y lentes de contacto protectores durante unas semanas después.
Wyatt Myers es colaborador del servicio de noticias de UHealth.
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