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Cuídese durante la radioterapia

10 min read  |  noviembre 22, 2021  | 
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Someterse a radioterapia para tratar el cáncer puede ser un proceso abrumador. El tratamiento con radiación lleva mucho tiempo y puede agotarle física y emocionalmente. La mayoría de los pacientes necesitan entre cuatro y cinco días de tratamiento a la semana durante cinco o siete semanas. Por eso es importante centrarse en el bienestar físico y mental durante esta parte de su camino hacia la recuperación.

Las personas que controlan eficazmente sus efectos secundarios; piden ayuda a su equipo de atención médica, familiares y amigos; y dan prioridad al cuidado personal pueden mejorar su calidad de vida durante todo el tratamiento contra el cáncer. Si va a someterse a radioterapia y aún no ha hecho ningún esfuerzo por mejorar su salud en general, no es demasiado tarde. Mantener un peso saludable, dejar los hábitos poco saludables, hacer ejercicio con frecuencia, descansar lo suficiente y socializar con sus seres queridos puede mejorar su estado de ánimo y favorecer la eficacia de su plan de tratamiento contra la enfermedad.

Hable sin reservas con su médico

Si padece cáncer y está recibiendo radioterapia, no tiene por qué “sonreír y aguantar”. Su equipo médico está a su disposición para abordar sus inquietudes, síntomas y efectos secundarios del tratamiento.

Tome nota de su nivel de dolor a lo largo del día. Anote la cantidad de analgésicos (tanto de acción corta como de acción prolongada) que toma y si experimenta efectos secundarios de los opioides, como náuseas, picazón o somnolencia. Si le preocupa volverse dependiente de estos analgésicos a largo plazo, o si tiene antecedentes de abuso de sustancias o trastorno por consumo de opioides, hable con su médico. Él puede crear un protocolo para controlar el dolor y ayudarle a evitar recaídas o la dependencia.

A lo largo del tratamiento, mantenga una lista detallada de cualquier problema de salud nuevo que presente. No dude en incluir experiencias físicas, sensaciones y sentimientos nuevos, incluso si cree que no están relacionados.

Comente estas inquietudes con su médico, para que pueda recomendarle ajustes en el tipo, la dosis o la frecuencia de los medicamentos. Su proveedor también puede recomendarle otros tratamientos o modificaciones en su estilo de vida para ayudarle a sentirse mejor.

Informe a su médico sobre todos los medicamentos recetados, medicamentos de venta libre, suplementos a base de hierbas y cualquier droga recreativa que esté tomando actualmente. Algunos medicamentos, drogas y productos naturales pueden interferir en los tratamientos contra el cáncer o interactuar con ellos.

Esté abierto a modificar su alimentación

Los tratamientos contra el cáncer pueden provocar cambios en el apetito. La radioterapia también puede afectar la capacidad del cuerpo para digerir y absorber los nutrientes. Según la parte del cuerpo a la que se dirija la radiación, también puede presentar heces blandas, diarrea, calambres, hinchazón o náuseas. 

Para ayudar a disminuir estos efectos secundarios y mejorar el movimiento intestinal, considere la posibilidad de realizar algunos cambios en su alimentación. Las ensaladas, las frutas enteras y los aperitivos de verduras crudas forman parte de una alimentación saludable, pero es posible que le resulte más fácil digerir los alimentos cocinados mientras recibe radioterapia.

Aunque no tenga hambre, su cuerpo sigue necesitando alimentos ricos en nutrientes para reforzar su sistema inmunitario y proporcionarle la energía necesaria mientras lucha contra el cáncer. No se fíe de su apetito para saber cuándo es hora de comer. En su lugar, coma en horarios establecidos y procure incluir alimentos atractivos y coloridos en su plato para estimular el apetito.

A continuación le ofrecemos algunos consejos nutricionales para pacientes que reciben radioterapia.

Evite el alcohol y el tabaco

Durante el tratamiento, puede sentir la tentación de consumir alcohol para cambiar su estado de ánimo. Incluso en pequeñas cantidades, el alcohol puede favorecer ciertos tipos de cáncer y limitar la capacidad del cuerpo para absorber algunos nutrientes. Beber más puede reducir sus niveles de energía, afectar negativamente a su sueño y dificultar su capacidad de curación. Tampoco es seguro consumir alcohol cuando se toman analgésicos opioides.

A continuación, se ofrecen algunos consejos para mantener una vida social activa sin alcohol antes y después del tratamiento contra el cáncer.

Fumar, mascar tabaco o vapear nicotina puede irritar la boca, la garganta y el estómago y provocar diarrea. Más importante aún, fumar durante la radioterapia puede reducir la eficacia y la seguridad del tratamiento, afectar negativamente su calidad de vida y reducir sus posibilidades de sobrevivir al cáncer. Fumar también aumenta el riesgo de desarrollar neoplasias malignas secundarias (otros tipos de cáncer).

Beba mucha agua

Muchos pacientes con cáncer presentan fatiga y debilidad como parte de su enfermedad o como efecto secundario de los tratamientos oncológicos. Además de mantener una alimentación saludable, una forma fácil de evitar y minimizar estas sensaciones es beber más agua a lo largo del día.

Si se hidrata adecuadamente, el color de la orina será amarillo claro o pajizo. En caso de que el color sea amarillo oscuro o intenso, es recomendable aumentar la ingesta de agua. Si suele sentir la piel o los labios secos, tiene que beber más agua. 

Por otro lado, si no le gusta el agua de grifo filtrada, pruebe aguas con gas sin azúcar y con sabores naturales. Evite los refrescos, las bebidas energéticas con alto contenido de azúcar y las bebidas de café azucaradas.

Céntrese en la salud bucal y dental

La radiación, especialmente dirigida a la cabeza y el cuello, puede provocar algunos efectos secundarios en la boca y los dientes. Es posible que presente sangrado en las encías, llagas en la boca o problemas en la mandíbula, que suelen ser temporales. Además, las glándulas salivales pueden producir menos saliva, lo que puede causar sequedad en la boca o dificultad para tragar. 

Antes de comenzar la radioterapia, visite a su dentista e infórmele sobre el tratamiento que va a recibir. Es posible que le recomiende formas de prevenir o tratar los efectos secundarios que afectan a la boca. Así como puede confiar en su oncólogo radioterapeuta durante todo el tratamiento, puede acudir a su dentista si tiene dificultades para comer o masticar, o si tiene problemas en los dientes, la boca o la mandíbula. 

No descuide su sueño

La radioterapia puede resultar físicamente agotadora, y es posible que necesite dormir más durante el tratamiento. El dolor puede hacer que sea más difícil conciliar el sueño o dormir bien. Además, algunos medicamentos que pueden recetarse durante la radioterapia (como los esteroides) pueden causar insomnio. Los oncólogos pueden recetar esteroides para mejorar los efectos de los analgésicos y prevenir la inflamación cerebral en pacientes con cáncer de cerebro.

Si nota que no duerme entre siete y nueve horas cada noche mientras recibe radioterapia, haga algunos cambios para mejorar su higiene del sueño y su rutina para dormir. También puede probar técnicas que han demostrado ayudar a las personas (incluso a las que padecen insomnio) a conciliar y mantener el sueño con mayor facilidad.

Si el sueño deficiente o insuficiente se convierte en un problema persistente, puede buscar soluciones con su médico como parte de su plan de tratamiento contra el cáncer.

Haga ejercicio en la medida en que pueda

Muchos de los síntomas que experimenta durante su proceso oncológico pueden reducirse, e incluso eliminarse en algunas ocasiones, mediante la práctica de ejercicios de bajo impacto. Este enfoque del ejercicio físico, diseñado específicamente para pacientes que padecen o han padecido cáncer, se denomina ejercicio físico oncológico.

Dado que la radiación y otros tratamientos contra el cáncer pueden provocar fatiga, debilidad o rigidez, los ejercicios de bajo impacto son una forma segura de mantenerse activo durante el tratamiento y mejorar el estado de ánimo. Caminar, hacer yoga, practicar taichí, andar en bicicleta de forma ocasional y bailar son opciones excelentes.

Cuídese la piel

La radioterapia puede irritar la piel. Si nota un aumento de la sequedad, picazón, ampollas, enrojecimiento o ardor, hable con su enfermero o su médico. Ellos pueden recetarle una pomada o crema para aliviar el problema. Además, hable con ellos sobre los productos para el cuidado de la piel, especialmente los que aplicará en las áreas tratadas con radiación.

En general, debe tratar su piel con cuidado y protegerla de las temperaturas extremas y de la luz solar, que es otro tipo de radiación (ultravioleta). Una vez que ha recibido radioterapia, tiene mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel en esa parte del cuerpo.

No intente frotar las líneas o marcas que le hayan hecho en la piel para ayudar a dirigir la radiación.

Evite:

  • Usar agua muy caliente
  • Frotar la piel con toallas, esponjas o esponjas vegetales
  • Colocar bolsas de agua caliente, almohadillas térmicas o compresas frías sobre las partes del cuerpo tratadas con radiación
  • Afeitar las áreas de piel tratadas con radiación
  • Utilizar antitranspirantes o talco, ya que pueden aumentar la cantidad de radiación que recibe (consulte con su equipo médico el uso de desodorantes)
  • Colocar materiales adhesivos, como apósitos adhesivos o parches de nicotina, sobre la piel tratada con radiación

Use:

  • Agua tibia sola o agua tibia con un limpiador suave, usando solo las manos
  • Hidratante diario para pieles sensibles
  • Ropa suelta, suave y cómoda en las partes del cuerpo tratadas con radiación
  • Gorra y prendas de tejido cerrado para proteger la piel del sol
  • Protector solar recomendado por su equipo médico para las partes del cuerpo tratadas con radiación

Recurra a su red de apoyo

No es un signo de debilidad pedir o recibir ayuda. Nadie recibe una medalla por sobrevivir al cáncer por su cuenta. Además, sus seres queridos quieren ayudarle a superarlo.

Cuando sus amigos, su pareja o sus familiares le pregunten cómo pueden ayudarle durante su tratamiento, dígales algo concreto. Quizá puedan llevarle a sus citas con el médico, cuidar de sus hijos cuando necesite un descanso o una siesta o recogerle la compra de la tienda. Si por casualidad conoce a un buen cocinero, hágale saber que le encantaría comer una vez a la semana alguna comida casera que no tenga que preparar usted.

También puede hablar con un trabajador social del hospital o centro de tratamiento donde reciba la radioterapia para acceder a servicios de apoyo práctico gratuitos o de costo reducido.

Si tiene dificultades para cumplir con sus obligaciones laborales durante el tratamiento con radiación, coméntelo con su supervisor y su representante de Recursos Humanos. Si no utiliza la “licencia por enfermedad” para ausentarse mientras recibe el tratamiento, es posible que pueda reducir sus horas de trabajo o su carga de trabajo hasta que se sienta mejor.

Consulte estas preguntas y respuestas sobre la radioterapia.

Referencias

“Impact of Tobacco Smoking on Outcomes of Radiotherapy: A Narrative Review,” Current Oncology29(4), 2284, 2022: https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC9031077/#sec9-curroncol-29-00186


Escrito originalmente por Milly Dawson. Actualizado por Dana Kantrowitz, escritora colaboradora del servicio de noticias de UHealth.

Revisado por última vez en abril de 2025 por Markus Bredel M.D., Ph.D., Presidente del Departamento de Oncología Radiológica de University of Miami Health System Hospitals and Clinics y Sylvester Comprehensive Cancer Center.


Tags: apoyo contra el cáncer, autocuidado para pacientes con cáncer, cáncer en Sylvester, Dr. Markus Bredel, ejercicio físico oncológico, radioterapia

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