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Entender los estudios científicos de la COVID-19

6 min read  |  agosto 10, 2020  | 
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Se ha dicho que un poco de conocimiento es algo peligroso. Ese pensamiento parece particularmente pertinente mientras luchamos por comprender la COVID-19.

Debido a que el coronavirus amenaza nuestra salud, seguridad y economía, no es sorprendente que más personas no profesionales estén leyendo estudios científicos por primera vez. Dado el ciclo de noticias las 24 horas del día, los 7 días de la semana, tienen mucha información a su alcance.

El Dr. Carl I. Schulman, M.S.P.H., Ph.D., insta a tomar precaución. Epidemólogo y médico y cirujano de cuidados críticos, el Dr. Schulman trabaja en la University of Miami y el Jackson Memorial Hospital. “Los estudios clínicos y médicos son muy difíciles de interpretar. Yo personalmente no alentaría a las personas no profesionales a hacerlo. Incluso con mis habilidades epidemiológicas, encuentro estudios que parecen estar bien hechos, hago cambios en mi práctica basado en estos estudios de investigación y luego debo revertir las prácticas basado en evidencia nueva”.

El Dr. Schulman no es el único que tiene esta preocupación. Un artículo publicado recientemente en JAMA, el Journal of the American Medical Association, declaró que “Informes gubernamentales, periodismo, programas de entrevistas y comunicados de prensa de relaciones públicas. . . generalmente no han podido comunicar bien los resultados de los estudios, y estos fracasos tienen consecuencias importantes”.

El artículo publicado destacó tres fallas en la comunicación:

  1. centrarse en los resultados de un único estudio de investigación sin ponerlo en contexto con otros estudios o sin reconocer que los estudios individuales están lejos de ser definitivos
  2. dar demasiada importancia a los resultados del estudio sin reconocer limitaciones significativas
  3. no revisar minuciosamente la ciencia o confiar en informes incompletos de un estudio de investigación al comunicarse con el público

El Dr. Schulman cita el fármaco contra la malaria, la hidroxicloroquina, como un “ejemplo clásico” de un tratamiento que parecía prometedor en un estudio de investigación temprano y pequeño. Más tarde, otros estudios contradijeron esos datos y demostraron falta de eficacia y, en algunos casos, daños. Todo esto fue informado en las noticias, lo que confundió al público. El Dr. Schulman señala que incluso si los datos iniciales parecen esperanzadores, “existe un gran peligro de que el público se aferre a un estudio” demasiado pronto.

Aplicar el conocimiento científico a su vida

Si le preocupa un titular o un comentario sobre la COVID-19 que se relacione con su afección particular, hable con su médico antes de tomar cualquier decisión médica, enfatiza el Dr. Schulman. “Tomo inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (angiotensin-converting enzyme, ACE) para la hipertensión. Los primeros datos de China sugirieron que los inhibidores de la ACE pueden ser peligrosos en pacientes con COVID-19. Revisé esos informes preliminares y los analicé con mi médico. Todavía no sabíamos si la ciencia era confiable. Estudios posteriores sugirieron que no había peligro. Afortunadamente, no seguí los consejos del estudio y continué tomando mis inhibidores de la ACE”.

Si lee las noticias sobre la COVID-19 relacionadas con su problema de salud, el Dr. Schulman recomienda analizar los “riesgos frente a los beneficios” con su médico. “Es común que los pacientes acudan al consultorio del médico con estudios”. También sugiere hablar con miembros de la familia para obtener más información sobre los antecedentes médicos de su familia.

Recursos confiables

Además de su médico, el Dr. Schulman sugiere recurrir a estos recursos para obtener contenido confiable y actual:

“Estas organizaciones están formadas por médicos e investigadores altamente talentosos y calificados que sintetizan y procesan información para el público”.

¿Qué hace que un estudio sea bueno?

Todas las grandes terapias que hemos desarrollado sucedieron con el tiempo,
en función de una preponderancia de evidencia y estudios,
antes de que ingresaran al léxico médico.

Carl I. Schulman, M.D.

Para profundizar en lo que hace que los resultados del estudio sean más confiables, el Dr. Schulman recomienda seguir los criterios de Bradford Hill. “Estos nueve criterios epidemiológicos se usan para probar la causalidad y para ver si un tratamiento tiene un efecto real. Los criterios incluyen elementos como coherencia, especificidad y plausibilidad. Por ejemplo, dado que ningún estudio individual es confiable, es importante saber si se realizaron numerosos estudios reproducibles, si son plausibles y si se basan en buenos métodos científicos”.

Evidencia en acción

Cuando el Dr. Schulman y sus colegas atienden a pacientes hospitalizados por la COVID-19, siguen “protocolos minuciosos y verificados” basados en la información científica actual. “Constantemente buscamos evidencia nueva para actualizar nuestros protocolos”.

Él está de acuerdo con otros expertos en salud que creen que, por ahora, nuestra mejor defensa contra el coronavirus es seguir cuidadosamente las pautas de los CDC, que incluyen el uso de cubiertas faciales en público, el lavado de manos, el distanciamiento social, no tocarse la cara y otras precauciones.

Cuando consideramos los avances médicos logrados en el siglo XXI, es frustrante esperar una solución al enigma de la COVID-19. Para poner la situación en perspectiva, el Dr. Schulman da una advertencia. “Todas las grandes terapias que hemos desarrollado sucedieron con el tiempo, en función de una preponderancia de evidencia y estudios, antes de que ingresaran al léxico médico”.


Nancy Moreland es una colaboradora habitual de UMiami Health News. Ha escrito artículos para numerosos y reconocidos sistemas de atención médica y para los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Sus artículos también aparecen en Chicago Tribune y US News & World Report.


Tags: Carl Schulman, covid-19 en Miami, estudios clínicos

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