¿Es una mala idea hacer ejercicio cuando se está enfermo?
Puede ser frustrante estar inactivo por el resfriado, pero hacer ejercicio cuando se está enfermo podría empeorar los síntomas y retrasar la recuperación.
Para quienes hacen ejercicio o practican deportes con regularidad, no poder entrenar no es una noticia fácil de digerir. Sin embargo, existen ciertos síntomas que pueden servir como una señal de advertencia para dejar de hacer ejercicio, o al menos reducir la cantidad de ejercicio, hasta que se sienta mejor.
Si se siente capaz de hacerlo, es seguro hacer ejercicio cuando los síntomas se encuentran por encima del cuello.
Estos incluyen dolor de garganta leve, secreción nasal, dolor de oído o congestión de los senos paranasales. Aun así, es mejor tomárselo con calma y reducir la intensidad o la duración de su entrenamiento, especialmente si tiene menos energía de lo habitual.
No haga ejercicio cuando los síntomas estén por debajo del cuello.
Estos incluyen fiebre, vómitos, diarrea o tos productiva (con flema). Estos son signos de que su cuerpo se beneficiaría del descanso.
Cuando se tiene fiebre de más de 100° F (o 37.8° C), el cuerpo trabaja horas extra para combatir la infección. Agregar ejercicio, particularmente de alta intensidad, sobrecargará aún más su organismo. En general, si la fiebre está por encima de los 101° F (38 °C), no debe hacer ningún tipo de ejercicio. Esto se aplica tanto a adultos como a niños. Con fiebre como esta, probablemente no tendrá muchas ganas de hacer actividad física de todos modos.
Si bien se ha demostrado que el ejercicio regular aumenta la inmunidad, no hay nada de cierto en la idea de que un entrenamiento intenso puede ayudar a la recuperación. De hecho, es todo lo contrario, ya que correr una maratón puede aumentar el riesgo de contraer un resfriado o una infección similar durante al menos dos semanas después de la carrera. Durante períodos como este, es posible que desee probar comprimidos de zinc para estimular su sistema inmunitario.
El ejercicio aumenta la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal, lo que podría incrementar el riesgo de deshidratación. Si ya tiene fiebre y se deshidrata, su capacidad para regular la temperatura corporal puede verse afectada. Los aumentos significativos de la temperatura corporal son peligrosos.
Además, tener fiebre probablemente lo hará sentirse cansado y disminuirá la fuerza muscular, la resistencia, la velocidad, la coordinación y la tolerancia al esfuerzo físico. Evite el esfuerzo excesivo y las lesiones tomándose un descanso de la actividad física.
Una vez que le baje la fiebre (la temperatura corporal disminuye y de repente se siente caliente y sudoroso en lugar de frío), le recomiendo esperar uno o dos días antes de reanudar el entrenamiento. Durante este tiempo, manténgase bien hidratado, lleve una alimentación balanceada, duerma al menos la misma cantidad de horas que duerme habitualmente y evite el esfuerzo excesivo.
Mientras se recupera, escuche a su cuerpo.
Descanse cuando lo necesite y vuelva lentamente a su rutina de ejercicios normal. Es posible que pasen algunas semanas hasta que vuelva a su intensidad y duración habituales, así que tenga paciencia.
Tenga en cuenta que algunos de los síntomas de la COVID-19 son los mismos que los del resfriado, la infección de los senos paranasales, la infección de las vías respiratorias superiores o la gripe estacional. La orientación médica anterior está destinada a adultos generalmente sanos que tienen un resfriado o una infección viral o bacteriana leve, no COVID-19. Si se siente mal y puede estar infectado por el nuevo coronavirus, use el verificador de síntomas, practique el distanciamiento social y use una mascarilla incluso en casa cuando esté con familiares y amigos, hasta que los síntomas desaparezcan. Si corresponde, hágase la prueba de diagnóstico de COVID-19.
Si se siente mal, tome medidas para limitar la propagación de la infección a otras personas. Lávese las manos y desinfecte los aparatos y elementos de gimnasia y las superficies de contacto común.
Si bien es natural querer hacer ejercicio con otras personas, este es el momento de aislarse y no transmitir a los demás sus gérmenes.
Escrito por Thomas Best, M.D., Ph.D., FACSM
Médico de Atención Primaria, University of Miami Health System
Director de Investigación, University of Miami Sports Medicine Institute