¿Por Qué Cada Vez Más Adultos Jóvenes Sufren Ataques Cardíacos?
A pesar de los avances médicos y las campañas de concientización, las enfermedades cardíacas siguen siendo la principal causa de muerte en los EE. UU. desde hace un siglo, según un informe de la American Heart Association. Cada año se producen alrededor de 605,000 nuevos ataques cardíacos y 200,000 ataques recurrentes, y 14 de cada 100 personas morirán a causa de estos infartos de miocardio. Esa es la mala noticia.
La buena noticia es que las tasas de supervivencia tras un ataque cardíaco están mejorando y que cada vez son menos las personas mayores que sufren ataques cardíacos y mueren a causa de ellos. Sin embargo, esas buenas noticias no se extienden al grupo demográfico más joven. Las investigaciones recientes han demostrado que la frecuencia de los ataques cardíacos, así como de otras formas de enfermedad cardiovascular, está aumentando entre los adultos menores de 50 años. Además, la prevalencia de los ataques cardíacos de aparición temprana es peor entre las mujeres jóvenes que entre los hombres jóvenes, sobre todo entre las mujeres jóvenes negras.
Esto no es ninguna sorpresa para médicos como Beteal Ashinne, M.D., M.P.H., cardióloga preventiva de University of Miami Health System. “Un factor importante que contribuye es nuestro estilo de vida”, explica. “Nuestra alimentación, nuestro peso, nuestros hábitos sedentarios influyen en lo que estamos viendo [en los adultos más jóvenes]. Otro factor son los niveles de estrés”.
Las cifras corroboran las observaciones anecdóticas de los cardiólogos.
Por ejemplo, un estudio de 2019 publicado en el American Journal of Medicine en el que se examinó a más de 2,000 adultos jóvenes hospitalizados por ataques cardíacos descubrió que el 20 % de estos pacientes tenían 40 años o menos y, la proporción de este grupo ha ido aumentando un 2 % cada año en la última década.
En su consultorio clínico de Miami, la Dra. Ashinne ha observado que cada vez más jóvenes son derivados por sus antecedentes familiares.
“Están siendo más proactivos, lo cual es alentador”, afirma. “Estamos detectando antes los factores de riesgo, incluso antes de que aparezcan los síntomas”.
Dicho esto, los pacientes más jóvenes que eventualmente acaban en el hospital a causa de un ataque cardíaco presentan una enfermedad más grave. Los infartos de miocardio se consideran un acontecimiento de salud propio de personas mayores: la edad promedio del primer ataque cardíaco es de 65.6 años en los hombres y de 72.0 años en las mujeres. En consecuencia, los pacientes más jóvenes suelen ignorar los síntomas reveladores.
“Los pacientes más jóvenes acuden más tarde al hospital y, como consecuencia, pueden tener peores resultados”, afirma la Dra. Ashinne. “Los más jóvenes no se esperan un ataque cardíaco. Creen que es acidez estomacal o un espasmo muscular. En cambio, una persona de 75 años acude de inmediato a la sala de emergencias. Son más conscientes de los signos”.
Además, la investigación de 2019 reveló que los pacientes más jóvenes, sobre todo las mujeres, también tenían antecedentes de diabetes, hipertensión arterial y enfermedad renal crónica, que son factores que contribuyen a una mala salud en general.
Por desgracia, la COVID-19 parece contribuir a esta tendencia. Un estudio reciente, realizado en el hospital Cedars Sinai de Los Ángeles, descubrió que en los dos primeros años de la pandemia, los ataques cardíacos en el grupo de edad de 25 a 44 años se dispararon un 30 % en comparación con la cifra prevista. Esto fue así incluso para aquellos que no tenían factores de riesgo de enfermedad cardiaca. Los médicos-científicos sostienen la teoría de que la respuesta de hiperinflamación del organismo al virus puede ser la culpable.
Este aumento de los ataques cardíacos entre los adultos más jóvenes no es irreversible, señala la Dra. Ashinne.
“Todo se reduce a la prevención, y la prevención empieza ahora, no más adelante. Nadie debería esperar a tener 60 o 70 años para tomar decisiones saludables”.
Estas son algunas recomendaciones:
- Reconozca las señales de advertencia de un ataque cardíaco. Estas incluyen dolor o malestar en el pecho; dolor de mandíbula, cuello o espalda; falta de aliento; dificultad para respirar; dolor en uno o ambos brazos; sudor frío, náuseas y aturdimiento o mareos. Si presenta alguno de estos síntomas, busque atención de emergencia inmediatamente.
- Conozca sus factores de riesgo. Si tiene antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares, asegúrese de que su médico lo sepa, aunque sus análisis de sangre y otros indicadores de salud parezcan normales.
- Mantenga un registro de sus valores. Esto incluye la presión arterial, los niveles de azúcar en sangre y el colesterol.
- Mantenga una alimentación saludable, con muchas frutas y verduras, frutos secos, semillas y cereales integrales. Evite los alimentos envasados y ultraprocesados.
- Duerma lo suficiente, normalmente las siete a ocho horas recomendadas por noche.
- Controle su peso. El aumento de la obesidad contribuye significativamente a una mala salud cardiovascular y a la diabetes.
- Haga ejercicio. La American Heart Association recomienda por lo menos 150 minutos semanales de actividad aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos semanales de actividad aeróbica vigorosa. Lo ideal sería que una persona combine ambos tipos durante la semana.
- No fume.
La prevención es como construir una casa. Se necesitan cimientos fuertes, y el momento de construir esos cimientos fuertes es cuando uno es joven.
Dra. Beteal Ashinne
Ana Veciana-Suárez es colaboradora habitual de University of Miami Health System. Es autora y periodista reconocida que trabajó en The Miami Herald, The Miami News y The Palm Beach Post. Visite su sitio web en anavecianasuarez.com o sígala en Twitter: @AnaVeciana.
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