Qué Debes Saber Sobre Los Mini Accidentes Cerebrovasculares (Mini-Derrame Cerebral)

Un ataque isquémico transitorio (AIT), conocido coloquialmente como un “mini-derrame cerebral”, comparte muchas similitudes con un derrame cerebral, pero existe una gran diferencia entre ambos. Los síntomas de un AIT desaparecen en minutos, lo que lleva a muchas personas a creer que no causan daños a largo plazo.
Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista JAMA Neurology concluye que un AIT puede tener un impacto importante, con un deterioro cognitivo medible a largo plazo
La pérdida de memoria después de un AIT, según el estudio, puede ser tan significativa como la que ocurre tras un derrame cerebral.
Estos hallazgos probablemente llevarán a un tratamiento más agresivo y a un seguimiento más riguroso después de un AIT.
“Las razones de la pérdida de memoria tras un AIT no están claras”, dice la Dra. Tatjana Rundek, neuróloga del Sistema de Salud de la Universidad de Miami. “Sin embargo, este hallazgo indica que existe una patología vascular subyacente, ya sea por una lesión directa o secundaria, como indican los autores”.
El daño potencial causado por un AIT se complica aún más por los factores demográficos de los pacientes. Los AIT son más comunes en adultos mayores, especialmente aquellos con factores de riesgo como hipertensión, diabetes, enfermedades cardíacas o tabaquismo. De hecho, la tasa de derrames cerebrales se duplica cada 10 años después de los 55.
“El proceso de envejecimiento, combinado con posibles factores neurodegenerativos subyacentes, puede contribuir al deterioro cognitivo tras un AIT, pero estos mecanismos aún deben explicarse”, añade la Dra. Rundek, quien también dirige la División de Investigación Clínica Traslacional en Neurología en la Escuela de Medicina Miller.
Comprender mejor el mecanismo del deterioro cognitivo post-AIT es crucial a medida que la población envejece.
Cada año, unas 240,000 personas experimentan un AIT, según la American Stroke Association.
Y dado que la incidencia aumenta con la edad, es probable que los casos aumenten en el futuro. Algunos estudios ya sugieren que las hospitalizaciones por AIT están en aumento, especialmente en adultos mayores.
Además, muchos AIT no se detectan porque el público no reconoce sus síntomas.
Los síntomas suelen confundirse con otras condiciones, lo que hace que algunas personas no busquen atención médica.
En el estudio de JAMA Neurology, los investigadores analizaron datos de más de 16,000 personas mayores de 45 años que nunca habían tenido un AIT o un derrame cerebral. Se les hizo seguimiento durante un promedio de 14 años, evaluando sus funciones cognitivas mediante imágenes cerebrales y pruebas cognitivas. Los participantes se dividieron en tres grupos: sin eventos neurológicos, con AIT por primera vez y con derrame cerebral por primera vez.
Como era de esperar, quienes sufrieron un derrame mostraron un deterioro cognitivo inmediato y progresivo. En cambio, los del grupo AIT mostraron un deterioro gradual, pero que terminó siendo similar al del grupo con derrame. En comparación con el grupo de control, el grupo AIT mostró un deterioro “significativamente más rápido”, especialmente en la memoria diferida, no en la fluidez verbal.
La Dra. Rundek insta a buscar ayuda médica inmediata ante ciertos síntomas.
Se pueden recordar fácilmente usando el acrónimo popular en inglés.
BE FAST:
- Balance (pérdida de equilibrio o coordinación)
- Eyes (cambios en la visión)
- Face (caída de un lado de la cara)
- Arms (debilidad o entumecimiento en un brazo o pierna)
- Speech (habla arrastrada o confusa, dificultad para entender)
- Time (es hora de llamar al 911)
El dolor no debe ser el indicador para buscar atención: un AIT no causa dolor.
“Un AIT debe tomarse en serio como una emergencia que requiere evaluación y tratamiento inmediato para prevenir un derrame cerebral mayor”, afirma la Dra. Rundek.
Aunque las pruebas no muestren daño, es mejor prevenir que lamentar.
Un AIT es causado por una obstrucción temporal del flujo sanguíneo en el cerebro, como en un derrame isquémico. Pero a diferencia de este, la obstrucción se resuelve sola.
Aun así, no significa que el paciente esté fuera de peligro.
Los AIT suelen ser una advertencia de un problema mayor.
“Tanto el AIT como el derrame cerebral son riesgosos”, dice la Dra. Rundek. “Mientras que el derrame tiene consecuencias inmediatas, el AIT predice un alto riesgo de derrame. El riesgo es mayor en los primeros días o semanas tras un AIT, mientras que el derrame conlleva riesgo de recurrencia y discapacidad a largo plazo. Ambos implican un alto riesgo de deterioro cognitivo”
Hasta un 17% de quienes han tenido un AIT sufrirán un derrame en los siguientes 90 días, y casi la mitad de esos casos ocurren en los primeros dos días. Con una exploración adecuada, dos de cada cinco pacientes que creen haber tenido un AIT descubrirán que en realidad fue un derrame.
“El mensaje de salud pública más eficaz sería educar a nuestras comunidades para reconocer los signos del derrame y llamar al 911”, dice la Dra. Rundek, añadiendo que los tratamientos agresivos y oportunos “son los mejores para prevenir el deterioro cognitivo tras un AIT o un derrame”.
Para determinar la magnitud del bloqueo, se recomienda una evaluación urgente con imágenes cerebrales y vasculares (MRI, CT, ultrasonido), y evaluación de fuentes embólicas cardíacas (como ecocardiograma y monitoreo prolongado). El tratamiento inmediato incluye terapia antiplaquetaria o anticoagulante, estatinas, control de presión arterial y diabetes, e intervenciones cardíacas o carotídeas según sea necesario.
Para el tratamiento a largo plazo, la Dra. Rundek recomienda cambios en el estilo de vida y visitas de seguimiento frecuentes. Entre las recomendaciones:
- Dejar de fumar de inmediato
- Limitar el consumo de alcohol
- Hacer ejercicio 150 minutos por semana (intensidad moderada)
- Mantener un peso saludable (IMC menor de 25)
- Seguir una dieta rica en omega-3, frutas y verduras
- Reducir sal, azúcar y alimentos procesados
- Evaluar y tratar la apnea del sueño si es necesario
“Los cambios en el estilo de vida son fundamentales para prevenir tanto el derrame como el deterioro cognitivo a largo plazo”, concluye la Dra. Rundek
Escrito por Ana Veciana-Suárez, colaboradora habitual del niversity of Miami Health System. Es una reconocida autora y periodista que ha trabajado para The Miami Herald, The Miami News y The Palm Beach Post.
Fuentes
https://jamanetwork.com/journals/jamaneurology/article-abstract/2830012
https://www.ahajournals.org/doi/full/10.1161/jaha.116.004026
https://www.stroke.org/en/about-stroke/types-of-stroke/tia-transient-ischemic-attack
https://www.ahajournals.org/doi/10.1161/STR.0000000000000418
Tags: Deterioro cognitivo vascular, Dra. Tatjana Rundek, Efectos a largo plazo de los mini accidentes cerebrovasculares, Factores de riesgo de accidente cerebrovascular, Prevención del deterioro cognitivo