Tiempo de juego: por qué los padres deberían ayudar
Los niños aprenden a través del juego. Es a través del juego que le dan sentido al mundo, desafían sus propias habilidades y se comparan con los demás. La Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) considera que el tiempo de juego es esencial para la salud y el desarrollo de los niños.
Albert Einstein bromeaba diciendo que el juego era la forma más elevada de investigación.
Esta puede ser la razón por la cual los padres, y otras personas que aman a los niños, siempre se interesan en cómo se divierten sus hijos y en si deben intervenir en sus juegos.
Jeffrey Brosco, M.D., Ph.D. es pediatra en University of Miami Health System y se especializa en trastornos del desarrollo y de la conducta. Es un firme defensor de dejar que los niños den rienda suelta a su imaginación y a sus movimientos.
También es partidario de que los padres participen en los juegos, pero con ciertas salvedades.
“Jugar es muy importante”, dice el Dr. Brosco.
“Antes que nada, es una forma de generar un vínculo fuerte y positivo con los niños. El objetivo es pasar tiempo de calidad y divertirse”.
La parte divertida es clave porque les permite a los padres cumplir un papel diferente del de hacer cumplir las tareas del hogar y fijar las reglas.
“Los padres no necesitan dedicar tiempo únicamente a hacer las tareas de la casa”, añade. “En cambio, hágase tiempo para jugar”.
Los padres pueden comenzar por comprender que existen diferentes tipos de juegos y que cada uno tiene un propósito que no siempre es evidente de inmediato. Sin embargo, conocer los beneficios puede ayudar a los padres a asegurarse de que sus hijos “hagan un poco de todo”, como recomienda la AAP.
En “The Power of Play: A Pediatric Role in Enhancing Development in Young Children” (El poder del juego: un papel pediátrico en aumentar el desarrollo en los niños pequeños), la organización médica identifica cuatro grandes categorías de juego.
Estos tipos son:
- los juguetes y el juego con objetos;
- el juego físico;
- el juego al aire libre;
- el juego de simulación.
El artículo de la AAP detalla de qué manera las actividades, como los juegos de mesa, el trepar a los árboles y los juegos de simulación, fomentan la socialización y mejoran la estructura y la función del cerebro.
Estas son otras sugerencias del Dr. Brosco sobre cómo jugar mejor con su hijo:
Hágase tiempo para jugar con sus hijos.
“Reformule la idea de No tengo tiempo a Estoy invirtiendo en el bienestar de mi hijo”, dice el Dr. Brosco. Construir una relación positiva permite que hacer las tareas del hogar y seguir reglas sea mucho más fácil.
Aparte el teléfono celular, la tableta y el televisor.
“No hay nada bueno en las pantallas. Es una actividad que definitivamente debe hacerse con moderación”.
Tómese un descanso.
Deje que las cosas fluyan. El lavado de la ropa puede esperar, al igual que la limpieza de la casa. Al Dr. Brosco le preocupa que los padres agobiados de hoy en día dediquen demasiado tiempo a hacer cosas en lugar de pasar tiempo con los niños.
No los sobrecargue de actividades planificadas.
Los niños necesitan mucho tiempo de juego no estructurado. Esta libertad les permite explorar y descubrir, usar su imaginación y ejercitar su capacidad de resolver problemas. El juego libre con sus pares también ayuda a desarrollar empatía y habilidades sociales.
Siga las pautas de edad indicadas para los juguetes.
Estas recomendaciones garantizan la seguridad de los niños. Por ejemplo, un juguete con piezas pequeñas puede constituir un riesgo de asfixia para niños menores de tres años. Esto se aplica incluso a un niño que puede parecer más maduro o avanzado en comparación con otros niños de la misma edad.
Deje que el niño tome la iniciativa cuando uno de los padres u otro adulto participen en el juego.
Deje que su hija ponga las reglas. Deje que su hijo adopte un papel de fantasía. En otras palabras, hágase a un lado.
No permita que el niño gane todo el tiempo.
¡No se preocupe por vencerlo en Go Fish cada vez que juegan! “Como padre o madre, debe encontrar el equilibrio adecuado”, explica el Dr. Brosco. “Es importante que los niños aprendan a perder. Cuanto mejor se maneje usted en esos casos, más resiliente se vuelve un niño”.
Anime a su hijo a salir de su zona de confort.
Permítale correr ciertos riesgos: deslizarse por el tobogán más alto, intentar un lanzamiento más largo, probar un juego diferente. Esforzarse y, a la larga, tener éxito ayuda a generar confianza en sí mismo.
Recuerde que el tiempo de juego no es otra forma de tarea.
“Los padres no tienen que pensar en ello como en una oportunidad para una lección escolar”, dice el Dr. Brosco. “No tienen que enseñar nada. Tan solo divertirse”.
Ana Veciana-Suarez, columnista invitada
Ana colabora de forma habitual con el University of Miami Health System. Es autora y periodista reconocida que trabajó en The Miami Herald, The Miami News y The Palm Beach Post. Visite su sitio web en anavecianasuarez.com o sígala en Twitter: @AnaVeciana.
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