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¿Y si nunca alcanzamos la inmunidad colectiva contra la COVID-19?

5 min read  |  julio 30, 2021  | 
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Durante meses, la inmunidad colectiva fue el mantra del cierre de la COVID-19.

Muchos pensaron que, si se alcanzaba este objetivo, volveríamos a nuestras viejas rutinas. No obstante, a medida que la sociedad se va abriendo, más científicos reconocen que es posible que no se alcance este objetivo. Aunque más personas pueden reclamar la inmunidad a este coronavirus, este punto de inflexión mágico parece inalcanzable, al menos en el futuro inmediato.

“La inmunidad colectiva es el ideal que queremos, pero no estamos ni cerca de él”, dice Susanne Doblecki-Lewis, M.D., especialista en enfermedades infecciosas del University of Miami Health System.(Se calcula que el 40 % de la población de EE. UU. está completamente vacunada, pero esa cifra varía mucho de un estado a otro y entre ciudades y áreas rurales).

Reconocer la evolución del panorama de la inmunidad supuso un cambio en los mensajes de los funcionarios de salud pública. En un principio, esperaban el tipo de protección que las vacunas brindaron contra enfermedades como la poliomielitis, el sarampión, las paperas y la varicela. Ahora, los funcionarios de salud pública predicen que estamos ante un escenario que se asemeja más a la gripe: vacunas estacionales y brotes habituales a medida que el virus acaba convirtiéndose en una “enfermedad de fondo”.

Hay muchas explicaciones para este cambio.

No obstante, antes, es esencial entender qué es la inmunidad colectiva y por qué es importante para erradicar o controlar las infecciones.

La inmunidad colectiva suele expresarse como un determinado porcentaje que sirve de umbral para la resistencia de la comunidad a una enfermedad, ya sea mediante la vacunación o la infección previa. Ese punto de inflexión no tiene que ser del 100 %, pero debe ser lo suficientemente alto para evitar la propagación del virus.

En el caso de la COVID-19, ese porcentaje fue un objetivo móvil.

Al inicio, los expertos lo cifraron en un 60 % cuando comenzó la pandemia. No obstante, a medida que surgían las variantes, el asesor presidencial Dr. Anthony Fauci dijo que entre el 75 % y el 85 % de las personas deben ser inmunes al virus para que Estados Unidos “se deshaga de raíz de este brote”. Si avanzamos unos meses hasta el 2021, los expertos en enfermedades infecciosas aumentaron esa cifra. Algunos dicen que se necesita un 90 % para que la COVID pase a un segundo plano como otro molesto coronavirus.

¿Por qué hay diferencias en las cifras?

Aquí hay algunas explicaciones: En primer lugar, están apareciendo más variantes transmisibles en Brasil y Asia. Esto significa que un mayor porcentaje de personas debe ser inmune para evitar el contagio. O como explica la Dra. Dobleck-Lewis: “Si un virus se propaga más fácilmente, el umbral de la inmunidad colectiva aumenta”. Eso es porque hay más personas posiblemente expuestas por cada enfermo. Si más de una de esas personas está desprotegida, el virus seguirá propagándose.

En segundo lugar, en los informes de todo el mundo se señala que algunos sobrevivientes de la COVID-19 se están reinfectando con diferentes cepas. Y más de 5,000 personas vacunadas también dieron positivo en las pruebas del virus. A diferencia del sarampión, no se trata de una enfermedad de una sola vez.

Lo que complica aún más las cosas: las dudas sobre las vacunas.

Según una encuesta reciente de NPR/Marist, uno de cada cuatro estadounidenses dijo que rechazaría de plano una vacuna contra el coronavirus si se la ofrecieran. Otro 5 % está indeciso. Esto preocupa a investigadores como la Dra. Doblecki-Lewis, que afirman que esta reticencia hace casi imposible la inmunidad colectiva.

“Sin una vacunación generalizada, el virus seguirá circulando”, explica.

Igualmente problemático es el lento despliegue y la falta de acceso a las vacunas en el resto del mundo. Incluso si alcanzamos la inmunidad colectiva en EE. UU., esto resolverá solo una parte de una larga ecuación con muchas variables.

“Tenemos que pensar en esto de forma global, no solo en un lugar o en un país”, agrega. “Si todas las personas vacunadas viven en un lado de la calle, ¿qué pasa con el otro lado cuando se introduce el virus? Mientras existan altos niveles de infección en cualquier lugar, siempre existirá la probabilidad de propagación y el aumento de la posibilidad de nuevas variantes”.

La Dra. Doblecki-Lewis, que fue la investigadora principal de un ensayo clínico en el que se probó la vacuna Moderna en la Facultad de Medicina Miller, dice que el público no debería obsesionarse con un porcentaje mágico de inmunidad colectiva.

En cambio, deberíamos centrarnos en las vacunas. Cuanta más gente reciba la vacuna, más protección tendremos. La inmunidad colectiva para otras enfermedades tardó años, ¡o décadas! Así que no está dispuesta a renunciar a este santo grial de la medicina infecciosa.

“Las vacunas funcionan muy bien, ya que evita que colapsen los hospitales”, dice. “Contribuyen en gran medida a evitar enfermedades graves”.


Ana Veciana-Suarez, columnista invitada

Ana Veciana headshot

Ana suele colaborar con University of Miami Health System. Es una autora y periodista reconocida que trabajó en The Miami Herald, The Miami News y The Palm Beach Post. Visite el sitio web en anavecianasuarez.com o siga a @AnaVeciana en Twitter.


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Tags: covid-19 en Miami, dudas sobre la vacuna, Susanne Doblecki-Lewis, Vacunas

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