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¿Fatiga Y Agotamiento Por El Cáncer?: Cómo Recuperar la energía

5 min read  |  octubre 09, 2025  | 
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El cáncer conlleva desafíos físicos, emocionales y psicológicos, incluida la fatiga relacionada (CRF). A diferencia del cansancio común, la CRF es un agotamiento intenso e incapacitante que no mejora con el descanso.

Para muchos pacientes con cáncer, la fatiga es una de los síntomas más difíciles de superar. Esto se debe a que afecta la capacidad de trabajar, socializar y participar en actividades cotidianas. El cansancio impide tener claridad mental dificultando la concentración y la memoria. A veces, causa incluso más angustia que efectos secundarios como dolor, náuseas o vómitos.

“Aunque la fatiga relacionada con el cáncer puede ser abrumadora, existen estrategias para controlarla, lo que ayuda a los pacientes a recuperar energía, mejorar su calidad de vida y restablecer una sensación de control durante un momento difícil”, afirma Deborah Fortino, MS, CPT, ACE-CHC, asesora de salud en medicina de estilo de vida en el Sylvester Comprehensive Cancer Center, parte del University of Miami Miller Health System.

¿Cuál es la causa de la fatiga relacionada con el cáncer?

La CRF puede aparecer antes, durante y después del tratamiento. Antes del tratamiento, el cáncer estresa el cuerpo, agota nutrientes y genera fatiga. Durante la quimio, radiación y cirugía se experimenta cansancio excesivo. Esto se debe a que los tratmientos afectan células sanas, el ciclo del sueño, hormonas e hidratación del cuerpo. El estrés y la ansiedad tambien lo intensifican.

Después de estos tratamientos, la fatiga puede mantenerse por un tiempo prolongado. Esto se debe a efectos residuales de los tratamientos o el impacto emocional del diagnóstico.

¿Cómo se pueden aliviar los efectos de la fatiga?

A continuación, se presentan algunas estrategias para ayudar a aliviar la fatiga y mejorar la calidad de vida durante el tratamiento y la recuperación del cáncer.

Lleve una dieta equilibrada

Los alimentos nutritivos ayudan a recuperar energía. Prioriza integrales, proteínas magras, frutas y verduras mientras limite alimentos procesados y azúcares. Un dietista puede orientar si el apetito o la digestión se ven afectados por el cáncer.

“Llevar una dieta equilibrada alimenta el cuerpo y proporciona la energía necesaria para las tareas diarias”, afirma Bryan Mejía, asesor de salud en medicina del estilo de vida en Sylvester.

Manténgase hidratado

La deshidratación puede contribuir a la sensación de cansancio. Beba mucha agua a lo largo del día para prevenir la deshidratación, ya que esta puede empeorar la fatiga.

Dé prioridad al sueño

Establezca una rutina de sueño consistente para aumentar los niveles de energía. Mantenga su dormitorio fresco y oscuro, y tome siestas cortas (de 10 a 30 minutos) durante el día para recargar energía sin interrumpir el descanso nocturno. Evite consumir cafeína, comidas pesadas o usar pantallas antes de dormir, y adopte rituales calmantes como la meditación, ejercicios de respiración profunda, un baño tibio o la lectura para relajar la mente.

Ejercita con regularidad

El ejercicio suave y de bajo impacto, como caminar, hacer yoga o nadar, puede aumentar los niveles de energía, mejorar el estado de ánimo y favorecer un mejor descanso. Comience despacio y aumente la intensidad de manera gradual, siempre prestando atención a las señales de su cuerpo. Consulte a su proveedor de atención médica antes de comenzar cualquier plan de ejercicios.

“Aunque parezca contradictorio, la actividad física puede ayudar a aliviar la fatiga relacionada con el cáncer al aumentar el flujo de oxígeno y sangre, liberar endorfinas y mejorar la salud cardiovascular”, señala Mejía.  “Incluso una caminata corta o hacer unas cuantas sentadillas o flexiones puede marcar la diferencia”.

Vaya a su propio ritmo

Las tareas cotidianas como cocinar, limpiar o ducharse pueden resultar abrumadoras. Tome descansos regulares, evite exigirse demasiado y reconozca sus límites. Divida las tareas grandes en pasos manejables, priorice lo que realmente importa y descanse cuando sea necesario.

Controlar el estrés

El estrés crónico intensifica la fatiga. Use técnicas de relajación como la respiración profunda, la meditación o la atención plena para calmar su mente y reducir el nivel de estrés. Para algunas personas, las terapias como la acupuntura, los masajes o la visualización guiada pueden aliviar el agotamiento físico.

Establezca una rutina

Mantener un horario constante en su día a día puede ayudar al cuerpo a adaptarse y conservar energía, especialmente en lo que respecta al sueño y las comidas.

Hable con su equipo de atención médica

Hable con el médico sobre la fatiga, ya que puede estar relacionada con otras afecciones (por ejemplo, anemia o problemas de tiroides) que requieren atención. En algunos casos, los medicamentos pueden ayudar a controlar la fatiga o tratar problemas de salud subyacentes que contribuyen al agotamiento.

Busque apoyo

La fatiga emocional y física pueden ser agotadoras, y a veces pueden llevar a sentimientos de impotencia, frustración y depresión. Concéntrese en las pequeñas victorias, y recuerde que no está solo en su lucha. Reconocer la fatiga y tomar medidas proactivas para controlarla puede ayudar a restaurar una sensación de equilibrio y control. Hable con un consejero, únase a un grupo de apoyo o recurra a familiares y amigos para que le ayuden con tareas o le brinden apoyo emocional.

“Por encima de todo, la paciencia y la autocompasión son fundamentales”, afirma Fortino. “Aunque la fatiga relacionada con el cáncer puede ser un desafío formidable, las estrategias adecuadas pueden ayudarle a recuperar el control y vivir una vida plena”.


Escrito por Debby Teich, colaboradora del Sylvester Comprehensive Cancer Center.


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