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Aspectos Básicos Sobre el Sarampión para Padres: Lo Que Necesita Saber

5 min read  |  mayo 16, 2024  | 
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El brote de sarampión de este año en algunas zonas de los EE. UU., incluida Florida, ha alarmado a médicos especialistas en enfermedades infecciosas pediátricas como Charles Mitchell, M.D. de University of Miami Health System.

El sarampión se declaró una enfermedad erradicada en los EE. UU. en el año 2000, pero recientemente han comenzado a surgir casos entre los niños que no están vacunados.

“Erradicar una enfermedad es un logro increíble y los datos sobre la seguridad de la vacuna son abrumadores”, afirma el Dr. Mitchell.

La mayoría de los estadounidenses están vacunados contra el sarampión, pero la enfermedad tiene un nivel de contagio tan alto que la inmunidad colectiva depende de una tasa de vacunación elevada del 95 %. La inmunidad colectiva se alcanza cuando un porcentaje suficientemente alto de la población es inmune a la infección, lo que protege a las personas inmunodeprimidas.

Hay tres factores hacen que el sarampión sea particularmente contagioso:

  1. El sarampión se propaga a través de gotitas respiratorias, que pueden permanecer suspendidas en el aire hasta dos horas después de que una persona infectada se marcha.
  2. Cualquier persona infectada de sarampión tiene una carga viral elevada, especialmente en las vías respiratorias. Incluso una pequeña exposición puede provocar la infección.
  3. Las personas infectadas pueden propagar el virus incluso antes de darse cuenta de que están enfermas.

La única vez que el Dr. Mitchell vio un brote de sarampión fue durante su investigación sobre el VIH en Zambia en la década de 1990. “Una de las cosas que me mostraron fue un pabellón para pacientes con sarampión. Alrededor del 70 % de los niños con sarampión estaban muy enfermos. Muchos de esos niños también estaban infectados por el virus del VIH y no tenían acceso a la vacuna”, afirma.

Signos y síntomas de un caso típico de sarampión:

El sarampión es tan poco frecuente en los EE. UU. que muchos médicos y padres no reconocen los signos cuando se produce un brote. Un caso típico de sarampión comienza con síntomas de leves a moderados, que pueden ser similares a los de un resfriado común. Luego evoluciona hasta mostrar signos más identificables:

  • Fiebre alta: el síntoma inicial del sarampión suele ser fiebre alta, que puede alcanzar los 104 °F o más. Esta fiebre suele preceder al sarpullido y puede durar entre cuatro y siete días.
  • Las tres C: cough (tos), coryza (rinitis) y conjuntivitis.
  • Manchas de Koplik: dos o tres días después del inicio de los síntomas, pueden aparecer pequeñas manchas blancas en el interior de la boca. Estas manchas son un indicador clave de diagnóstico del sarampión.
  • Sarpullido: el sarpullido del sarampión suele aparecer entre tres y cinco días después del inicio de la fiebre. Comienza como manchas rojas planas que suelen empezar en la línea de nacimiento del cabello y se extienden hacia abajo por el cuello, el torso, los brazos, las piernas y los pies. También pueden aparecer pequeñas protuberancias elevadas encima de las manchas planas. Las manchas pueden unirse a medida que se extienden desde la cabeza al resto del cuerpo.
  • Otros síntomas: pueden incluir dolor de garganta, sensibilidad a la luz, dolor muscular y malestar general.

La mayoría de los niños se recuperan de un caso de sarampión, pero uno de cada 1,000 muere. Otros pueden desarrollar cefalitis, que puede causar daño cerebral permanente. Los niños inmunodeprimidos tienen un mayor riesgo de contraer sarampión y luego experimentar efectos adversos. “Si los niños con sarampión ingresan a una sala de emergencias o a un consultorio médico y se sientan al lado de un niño que se está recuperando de un trasplante o que está recibiendo quimioterapia, pueden provocar la muerte de ese niño”, explica el Dr. Mitchell.

Cómo prevenir la infección

Aunque la erradicación del sarampión en los EE. UU. hace un cuarto de siglo es un milagro de la ciencia, el tratamiento de esta enfermedad sigue siendo tan rudimentario como en el pasado. “Lo único que podemos hacer es prevenirla, cosa que hemos hecho extremadamente bien hasta hace poco, desafortunadamente”, comenta el Dr. Mitchell.

La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda la vacunación rutinaria contra el sarampión como parte de la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (measles, mumps and rubella, MMR) entre los 12 y 15 meses, con una segunda dosis alrededor de los cuatro a seis años. En caso de que se produzca un brote o se deba viajar fuera de los EE. UU., se puede vacunar a los bebés a partir de los seis meses. Los anticuerpos maternos brindan a los recién nacidos una protección residual.

Los adultos que no hayan recibido la vacuna pueden vacunarse en cualquier momento. El sarampión es más contagioso entre los niños, pero tiende a ser más grave en los adultos que lo contraen, y tiene una mayor tasa de morbilidad.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) y la Academia Estadounidense de Pediatría recomiendan que cualquier niño que no haya sido vacunado contra el sarampión no acuda a la escuela hasta 21 días después de que se identifique el último caso del brote.


Si es paciente de UHealth: inicie sesión en MyUHealth Chart para consultar los registros de vacunación de su hijo y verificar si está al día con la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR).


Wendy Margolin es colaboradora del servicio de noticias de UHealth.

Tags: atención pediátrica en Miami, Dr. Carlos Mitchell, enfermedad contagiosa, propagación de la enfermedad

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