Baterías pequeñas: un peligro para la salud de los bebés
Cada año, aproximadamente 7,000 niños son llevados de urgencia a la sala de emergencias por un motivo: tragar baterías pequeñas.
Estas baterías de botón alimentan los dispositivos electrónicos presentes en nuestras casas, incluidos los mandos para abrir las puertas del garaje, controles remotos, llaveros, cámaras, calculadoras, timbres inalámbricos y juguetes. Los grupos de trabajo de la industria están tratando de hacer que el empaque sea a prueba de niños y modificar las carcasas de las baterías para que sean menos peligrosas para los niños pequeños. Sin embargo, los padres deben tomar la iniciativa para prevenir y reaccionar eficazmente ante estas emergencias y accidentes de asfixia que ponen en peligro la vida.
“Soy médico de urgencias pediátricas desde 1994. A lo largo de los años, he evaluado y tratado a muchos niños con cuerpos extraños (incluidas baterías) en la boca, los oídos y la nariz. El grupo de edad más común para ingerir objetos es de aproximadamente seis meses (la edad de desarrollo en la que algunos bebés pueden sentarse, alcanzar y tomar cosas) hasta alrededor de los cinco años de edad”, explica Valerie Thompson, M.D., experta en medicina de urgencias pediátricas en University of Miami Health System.
“Los niños pequeños son curiosos. A menudo exploran el mundo con la boca y no distinguen entre elementos comestibles y no comestibles antes de llevárselos a la boca”, comenta la Dra. Thompson.
Incluso los padres más atentos no pueden vigilar a un niño pequeño activo las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Es por eso que muchas de estas ingestiones peligrosas pasan desapercibidas.
Si no ve que su hijo se colocó algo como una batería en la boca, ¿cómo puede determinar si se trata de una emergencia?
Los padres y cuidadores deben responder a cualquiera de estos signos de preocupación con urgencia:
- irritabilidad poco frecuente
- cambio en el nivel de actividad
- babeo
- negativa a tragar
- negativa a comer alimentos que normalmente disfruta
- alimentación insuficiente
- negativa a beber
- tos
- asfixia o arcadas
- dificultad respiratoria
- señala el área de la garganta
- sonidos respiratorios inusuales o agudos (llamados estridor)
- sibilancias
- ausencia repentina de respiración
“Si sospecha que un niño se ha tragado algún objeto y se está ahogando, perdiendo el conocimiento, dejó de respirar o se pone azul, debe llamar al 9-1-1. Si recibió capacitación en manejo de asfixia/RCP, solicite ayuda e inicie los primeros auxilios de emergencia de inmediato”, explica la Dra. Thompson.
“Si sospecha que un niño ha inhalado o ingerido un cuerpo extraño, incluso si el niño está alerta, consciente y respira adecuadamente, debe llevarlo a la sala de emergencias más cercana.
Como pediatras, preferimos verlos y, en última instancia, decirles a los padres que no hay nada de qué preocuparse según nuestra evaluación de diagnóstico a que las familias se queden en casa y se preocupen o que el niño sufra daños relacionados con una demora en la atención médica”.
¿Cómo funcionan los dispositivos anti-asfixia diseñados para niños pequeños?
“Si no está capacitado para usar uno de estos dispositivos, o si no se siente cómodo usando uno, podría causar daño por el uso inadecuado. Además, una vez que un niño traga algún objeto, es posible que ya no esté accesible con esos dispositivos, lo cual es difícil de determinar para los padres”, dice la Dra. Thompson.
“El tiempo perdido tratando de descubrir cómo usar esos dispositivos puede retrasar la atención médica. Si el niño tiene dificultad para respirar, se descompensa y pierde el conocimiento, preferiría que no insistiera en esos esfuerzos y lleve al niño para que lo asistan”, agrega.
“Si el niño respira, está alerta y despierto, pero muestra signos clásicos de posible ingestión o inhalación de un objeto (como babeo o arcadas), lo evaluaremos de manera inmediata cuando llegue a la sala de emergencias”.
Todas estas situaciones son sensibles al tiempo.
Dra. Valerie Thompson
Las baterías de botón o de moneda pueden dañar el esófago de un niño en unas pocas horas. El tratamiento médico puede prevenir o revertir parte de este daño, pero muchos niños que han chupado, tragado o incluso se han puesto una batería en la boca podrían sufrir una discapacidad de por vida o una muerte prematura.
La corrosión y la erosión del esófago y otras estructuras vitales del tórax (incluidos los pulmones, la tráquea y el revestimiento del corazón) pueden provocar que los niños sean incapaces de tragar o comer normalmente durante períodos prolongados o incluso de forma permanente.
El contenido de la batería que entra en contacto con la boca, la garganta, el esófago o la tráquea puede marcar una cicatriz y estrechar el tejido y filtrar contenido tóxico en la cavidad torácica, lo que puede causar la muerte.
La piel húmeda dentro de la nariz es igualmente vulnerable a los tejidos de la boca y el tracto digestivo.
“Las baterías dentro de la nariz pueden corroer y erosionar el tabique (el divisor de las fosas nasales) y bajar a través de los senos maxilares y los huesos inferiores de la cuenca del ojo”, explica la Dra. Thompson.
Debido a este riesgo, una batería en la nariz de un niño no es algo trivial y también debe evaluarse de inmediato.
La posible reacción química de una batería insertada en el oído también es dañina y es necesario retirarla del canal auditivo. “Debido a que esta situación, generalmente, no pone en peligro la vida de inmediato, es posible que sea necesario llamar al 9-1-1”, explica.
“Pero, el niño debe ser evaluado con urgencia. Si la batería está visible y accesible dentro del oído, su pediatra general puede contar con el equipo para retirarla. Si no es factible realizar esto en el consultorio del pediatra, un médico de urgencias puede intentar extraer la batería, lo que ocasionalmente requiere sedación”.
“Si no podemos retirar un objeto de la nariz o los oídos en la sala de emergencias, consultamos a un otorrinolaringólogo (oído, nariz y garganta). Después de una evaluación otorrinolaringológica, determinamos si la extracción es posible en la sala de emergencias o si necesitamos trasladar al niño al quirófano o a una sala de procedimientos”.
Muchos médicos en clínicas de atención de urgencias también están capacitados en medicina de emergencia pediátrica.
“Sin embargo, incluso si toman una radiografía por inserción o ingesta de una batería y se detecta la presencia de una, es probable que un médico de urgencias deba enviar a su hijo a la sala de emergencias para recibir atención adicional”, dice la Dra. Thompson. “Si sabe que su hijo se tragó una batería, incluso si está estable, le recomendaría que omita la evaluación de atención urgente y vaya directamente a la sala de emergencias para evitar demoras”.
Cómo prevenir esta emergencia en su hogar
Esté atento.
Cuando su hijo reciba un juguete u objeto, observe el tipo y la ubicación de las baterías. Revise regularmente estos artículos, especialmente aquellos a los que su hijo tiene acceso. Verifique si hay baterías flojas, rotas y faltantes. Asegúrese de que la puerta del compartimiento de la batería esté cerrada y que la batería esté allí.
Practique el almacenamiento seguro.
Acostúmbrese en su hogar a guardar las baterías en recipientes seguros y fuera del alcance de los niños. Mantenga las baterías en su embalaje original a prueba de manipulaciones/a prueba de niños hasta que las necesite.
Deseche las baterías correctamente.
Evite colocar descuidadamente las baterías usadas en un bolsillo o sobre la mesada o mesa de café cercana.
Cuando reemplace o retire las baterías de un dispositivo, deséchelas inmediatamente en un sitio seguro de su hogar. No las arroje en un cajón donde acumula basura con monedas y botones). Las baterías no deben arrojarse a la basura, ya que los productos químicos peligrosos pueden derramarse en el suelo y el agua. Comuníquese con su instalación local de desechos domésticos peligrosos para obtener información sobre el reciclaje de baterías y las opciones de eliminación segura.
Reduzca las posibilidades de necesitar atención de emergencia.
Si posiblemente su hijo se tragó una batería (o algo no comestible), llame al 9-1-1 o llévelo a una sala de emergencias de inmediato.
Dana Kantrowitz es colaboradora habitual del servicio de noticias de UHealth.
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