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Cómo silenciar a su crítico interior

5 min read  |  abril 15, 2022  | 
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¿Esa vocecita aguda en nuestras cabezas? Todos lo sabemos bien.

Es la voz que reprende, que nos dice que no somos lo suficientemente buenos, que reflexiona sobre cada error vergonzoso que hemos cometido. En algunos casos, puede proporcionar la precaución que necesitamos antes de precipitarnos a hacer una situación que puede ser peligrosa. Pero en otros, puede detenernos en seco antes de que nos atrevamos a intentar algo mejor.

Si le sirve de consuelo, nuestro crítico interior es más común de lo que pensamos.

“Es parte de cómo funciona nuestra cabeza”, explica Anthony Castro, Ph.D., psicólogo clínico matriculado en el University of Miami Health System. “Evalúa todo lo que hacemos. Es parte de cómo tomamos nuestras decisiones”.

La voz puede anticipar e imaginar los diferentes resultados de un posible movimiento. También puede ayudarnos a evaluar la alineación de la columna vertebral. “Nos ayuda a evaluar los riesgos posibles”, agrega el Dr. Castro. “Es una forma de reflexionar y prestar mucha atención de cara al futuro”.

En algún momento, sin embargo, la voz puede volverse demasiado fuerte.

Domina nuestros pensamientos. La negatividad se convierte en un patrón malsano que influye en nuestras acciones, nuestro sentido de confianza y nuestras elecciones.

Algunas personas, dice el Dr. Castro, quedan atrapadas en un bucle demasiado negativo que las agobia. En lugar de ignorar sus cavilaciones, analizan en exceso cada movimiento. En forma continua se culpan a sí mismos por errores menores.

Mucho de eso puede atribuirse a nuestros comienzos cavernícolas.

Centrarse en lo que puede salir mal y lo que podemos aprender de nuestros percances era esencial cuando el peligro acechaba por todas partes. Significaba supervivencia. Desafortunadamente, la investigación ha demostrado que nos concentramos más en los eventos adversos que en los positivos. Se llama sesgo de negatividad.

La negatividad también puede ser un comportamiento aprendido.

Al crecer, invariablemente experimentamos actos y palabras hirientes. Estos pueden provenir de las personas más cercanas a nosotros, e inconscientemente fusionamos esta línea de pensamiento en nuestros pensamientos. A veces las palabras duras son tantas y tan constantes que se vuelven parte de nuestra identidad.

“Muchos de estos patrones se desarrollan desde el principio cuando nuestras mentes todavía intentan entender cómo funciona el mundo y cómo encajamos en él”, dice. “Los mensajes que recibimos en esos años formativos nos moldean tanto en contenido como en proceso”.

Es por eso que algunas personas se enfocan demasiado en lo negativo o se castigan con pensamientos debilitantes. “Siempre me sale todo mal”. “Soy estúpido”. O “Cualquiera menos yo podría abordar este problema”.

Cuando no controlamos a nuestro crítico interno y permitimos que tome el control, permitimos que afecte nuestras relaciones y comportamientos, lo que nos evita que seamos y logremos lo que queremos.

No tiene por qué ser así.

El Dr. Castro sugiere varias formas en que podemos controlar nuestros pensamientos desbocados:

Reconozca la vocecita y luego siga adelante.

Por supuesto, silenciar la negatividad es más fácil de decir que de hacer, y puede que se necesite mucha práctica para detener el patrón. Sin embargo, cuanto más lo haga, mejor le saldrá.

Acepte que el trabajo duro es parte del proceso.

“Algunas personas piensan, bueno, somos buenos en algo, así que debería ser fácil”, dice el Dr. Castro. “Entonces se sorprenden cuando no es así, y se culpan a sí mismos por pensar que hay algo mal con ellos. Pero tiene que trabajar duro para producir un buen producto de trabajo”.

No acepte su reacción instintiva a un evento o situación.

“Busque otra información que pueda proporcionar detalles más precisos que la percepción inicial”, agrega el Dr. Castro. “No se conforme con ese primer pensamiento negativo. Necesita tener una imagen más amplia”.

Escríbalo.

Ver las críticas “en blanco y negro le ayuda a formular una idea. Es una manera de seguir los pasos” que, con suerte, le brindarán más confianza, agrega.

Descanse lo suficiente.

Hay una razón por la cual el viejo dicho Consúltalo con la almohada es tan útil. La capacidad de reflexionar, analizar y recapacitar es más difícil cuando no hemos dormido bien o estamos agotados físicamente.

Hágase amigo de usted mismo.

“Somos más amables con los demás que con nosotros mismos”, dice el Dr. Castro. “Es importante buscar un equilibrio y preguntarse: “¿Qué le recomendaría a un amigo en la misma situación?”


Ana Veciana author

Ana Veciana-Suarez, columnista invitada

Ana colabora de forma habitual con el University of Miami Health System. Es una autora y periodista reconocida que trabajó en The Miami Herald, The Miami News y The Palm Beach Post. Visite su sitio web en anavecianasuarez.com o sígala en Twitter: @AnaVeciana.

Tags: Dr. Anthony Castro, felicidad, salud mental, voz interior

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