Consumo de alcohol y cáncer: lo que necesita saber
“¡Brindo por eso!” es una de las expresiones que más se escucha en las reuniones de amigos, aunque las investigaciones sugieren que tomar té helado o café es una mejor alternativa al brindis. Antes de volver a llenar su copa, considere esto: tras un extenso análisis de estudios de investigación, los científicos comparten que existe una estrecha relación entre el consumo de alcohol y diversos tipos de cáncer.
De acuerdo con el National Cancer Institute (Instituto Nacional de Oncología), los resultados de las investigaciones indican que cuanto más beba una persona —en particular, cuanto más alcohol consuma con regularidad a lo largo del tiempo—mayor es el riesgo de desarrollar cáncer relacionado con el consumo de alcohol.
¿Cuánto es demasiado?
Las Dietary Guidelines for Americans 2010 (Pautas Alimentarias para Estadounidenses de 2010) del gobierno federal recomiendan que si se consume alcohol debe hacerse con moderación: una bebida al día como máximo para mujeres y dos para hombres. Es consumo excesivo de alcohol cuando se consumen más de tres bebidas por día o más de siete bebidas por semana para mujeres y más de cuatro bebidas por día o más de 14 bebidas por semana para hombres.
La relación con el cáncer
El consumo de bebidas alcohólicas guarda estrecha relación con los siguientes tipos de cáncer:
- Cáncer de cabeza y cuello: Las personas que consumen 3.5 o más bebidas al día tienen una probabilidad 2 a 3 veces mayor que los no bebedores de desarrollar cáncer de cabeza o de cuello, en especial, cáncer de boca, garganta y cuerdas vocales. El riesgo aumenta si se consumen esas cantidades de alcohol combinadas con el uso de productos derivados del tabaco.
- Cáncer de esófago: El alcoholismo también es uno de los principales factores de riesgo del carcinoma de células escamosas del esófago. El riesgo es mayor en las personas que presentan una deficiencia hereditaria en una de las enzimas que metabolizan el alcohol.
- Cáncer de hígado: El consumo de alcohol constituye un factor de riesgo independiente y es la causa principal del cáncer hepático.
- Cáncer de mama: Más de 100 estudios han demostrado de manera sistemática la relación entre un aumento del riesgo de cáncer de mama y el aumento en la ingesta de alcohol. Los científicos han demostrado que el alcohol puede aumentar los niveles de estrógeno en la sangre, hormona sexual que se vincula con el riesgo de desarrollar cáncer de mama. En efecto, los estudios demostraron que las mujeres que bebían más de tres bebidas al día presentaban 1.5 veces más riesgo de padecer cáncer de mama que las no bebedoras. El riesgo de cáncer de mama era mayor en todos los niveles de ingesta de alcohol, incluso menos de una bebida al día. El riesgo puede ser mayor aún en mujeres que no reciben suficiente ácido fólico (vitamina B) de los alimentos o de suplementos.
- Cáncer colorrectal: Las personas que consumieron 3.5 bebidas por día con regularidad mostraron 1.5 veces más riesgo de desarrollar cáncer de colon y de recto con relación a quienes eran bebedores ocasionales o no bebedores.
El Dr. Gilberto de Lima Lopes Jr., oncólogo del Sylvester Comprehensive Cancer Center, que forma parte del University of Miami Health System y de la Miller School of Medicine explica cómo el alcohol incrementa el riesgo de desarrollar cáncer:
“Creemos que el alcohol tiene una manera de producir cáncer porque nuestro organismo lo convierte en acetaldehído, que es una sustancia tóxica y carcinógena para los seres humanos. El acetaldehído puede dañar el ADN (el material genético del que se componen los genes) y en consecuencia, las proteínas. Es más, el etanol (el principal compuesto de las bebidas alcohólicas) también es tóxico. El alcohol también puede afectar la capacidad del organismo para desdoblar y absorber nutrientes —entre ellos vitamina A; nutrientes del complejo vitamínico B, como ácido fólico; vitaminas C, D y E y carotenoides—, que puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar cáncer”.
Si se está preguntando si el tan mentado resveratrol del vino tinto disminuye el riesgo de desarrollar cáncer, por el momento, las investigaciones no han podido demostrar su eficacia. Mediante la incorporación de una alimentación saludable, ejercicio frecuente, control del estrés y evitando cualquier producto derivado del tabaco es posible disminuir el riesgo de cáncer y reducir así los riesgos generados por el alcohol. En última instancia, sin embargo, “No existe un nivel de consumo inocuo, pues el riesgo de contraer cáncer aumenta incluso con una bebida al día”, señala el Dr. Lopes.
A estas alturas la abstinencia parece ser la opción más saludable.
Actualizado por Dana Kantrowitz, colaboradora de UMiami Health News.
Publicado originalmente en: enero 10, 2018
Tags: cancer care in Miami, drinking and cancer, Gilberto de Lima Lopes