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Control del estrés para el paciente oncológico

3 min read  |  mayo 04, 2018  | 
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Sentir presión es normal; tu victoria dependerá de cómo le haces frente.

Cuando luchas contra el cáncer, el estrés es un efecto colateral.

Sientes preocupación por la enfermedad. Por el tratamiento y por los efectos secundarios. Por el impacto en tu familia. Y, naturalmente, por los gastos médicos.

No permitas que triunfe la preocupación.

Control mental

“El factor de estrés en sí no es lo que afectará tu salud. Si no cómo lo enfrentes”, señala la Dra. Christina Pozo-Kaderman, especialista en psicología clínica y directora de operaciones clínicas de los servicios de apoyo para personas con cáncer de UHealth. “Realmente dependerá de cómo manejes el factor de estrés en tu vida lo que determine cómo te afecte emocional, física y espiritualmente”.

Es decir, cuánto importa tu mente. Porque el estrés puede hacerte daño.

Como informa el National Cancer Institute, “Las investigaciones han demostrado que las personas que sienten estrés de manera intensa y permanente, es decir, crónica, pueden presentar problemas digestivos, problemas de fertilidad, problemas urinarios y un sistema inmune debilitado. Las personas que padecen estrés crónico también son más susceptibles a las infecciones virales como gripe o resfriado común y a tener dolor de cabeza, problemas de sueño, depresión y ansiedad”.

Acercarse a los demás

La Dra. Pozo-Kaderman señala que una de las primeras cosas a tener en cuenta es que no tienes por qué enfrentarte al mundo solo.

“Conversar con alguien puede ser de gran ayuda”, dice. “Simplemente recibir información para comprender por lo que estás pasando y saber cómo enfrentarlo. Los asistentes sociales pueden ayudar en ese aspecto. Los psicólogos pueden ayudar. Pero es necesario conocer y comprender el cáncer”.

Buscar ayuda

“Es bueno conocer los recursos disponibles”, señala. “Un primer recurso que puede resultar muy útil, en caso de recibir tratamiento e ir al centro oncológico, es que los asistentes sociales son las personas fundamentales del contacto inicial que pueden ayudar a vincular a los pacientes con los recursos”.

Las compañías farmacéuticas con frecuencia pueden asistir con los gastos de medicamentos. Diversas organizaciones brindan subvenciones y ayuda. Los asistentes sociales pueden orientarte durante el proceso y ofrecer recomendaciones.

Y si aún te sientes abrumado, señala Pozo-Kaderman, “habla con un terapeuta que te pueda proporcionar las pautas y los conocimientos necesarios para enfrentar el aspecto emocional de lo que estás viviendo. Y buena parte de eso consiste en comprender tu enfermedad, el tratamiento y qué esperar de él”.

Los pacientes de UHealth, indica la Dra., reciben soluciones adaptadas a sus necesidades específicas. Desde cuestiones de comportamiento cognitivo y técnicas de relajación hasta musicoterapia, arte y acupuntura. Cuentan con psiquiatras, psicólogos y asistentes sociales, así como también hay un capellán sin denominación religiosa específica que ofrece guía espiritual, un fisiólogo de ejercicios y masajistas profesionales.

“Realmente satisfacemos las necesidades de los pacientes en el momento en que se encuentren”.

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