Detección de hepatitis B: ¿cambia las reglas del juego?
Una recomendación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) que aconseja la detección universal de la hepatitis B ha vuelto a poner el atención en una de las enfermedades hepáticas más comunes. Podría marcar un antes y un después.
Según los CDC, hasta 2.4 millones viven con el virus de la hepatitis B (HBV) en los Estados Unidos, y las tasas de infecciones agudas han aumentado entre un 50 % y un 450 % en los estados afectados por la crisis de opioides. A nivel mundial, las cifras son aún más desalentadoras. Se estima que dos mil millones de personas (o una de cada tres) han sido infectadas, y cada año se infectan otros 1.5 millones de personas.
A pesar de esta omnipresencia, la mayoría de las personas no saben que tienen el HBV, lo que les priva de un tratamiento que podría salvarles la vida. Cada año, hasta un millón de personas fallecen a causa de la hepatitis B, a pesar de que es prevenible y tratable. Las estimaciones de los CDC revelan que dos de cada tres casos de HBV no se diagnostican, mientras que otras fuentes afirman que solo el 10 % de los pacientes infectados son realmente diagnosticados.
Las nuevas recomendaciones de los CDC significan que las personas que no fueron examinadas anteriormente como parte de un grupo de riesgo ahora pueden ser evaluadas durante una visita regular al médico de atención primaria, según informa Kalyan Ram Bhamidimarri, M.D., M.P.H., FACG, FAASLD, hepatólogo de University of Miami Health System. (La detección incluye tres análisis de sangre, que distinguen entre aquellos que están vacunados, aquellos con una infección activa y aquellos con una infección crónica).
“La prueba única de detección del HBV permitirá diagnosticar más casos de personas que viven sin estar conscientes de la infección, y también marcará una diferencia favorable en los resultados de salud al vincular a las personas infectadas con la atención médica adecuada”, afirma el Dr. Bhamidimarri.
Debido a que los síntomas no aparecen hasta que la infección está avanzada, el HBV daña el hígado de manera silenciosa, lo que puede provocar cáncer de hígado y enfermedades hepáticas como la cirrosis. Según los CDC, hasta el 85 % de los pacientes infectados que no reciben tratamiento morirán prematuramente de cáncer de hígado o insuficiencia hepática. Es más, las personas no diagnosticadas pueden transmitir este virus altamente infeccioso a otras personas sin saberlo.
En algunos casos, la enfermedad ha dañado el hígado o ha causado cáncer de hígado, y los pacientes “pueden necesitar un trasplante de hígado a pesar de estar en tratamiento antiviral”, explica el Dr. Bhamidimarri.
Para entender cómo la hepatitis B se propaga de manera desapercibida, es importante saber más sobre la biología del virus y cómo vive en nuestro cuerpo.
Hay dos tipos de presentaciones: aguda y crónica. Los casos agudos son de corta duración y es posible que no siempre presenten síntomas. Si lo hacen, el individuo presentará fiebre, fatiga, náuseas y vómitos, malestar abdominal y piel y ojos amarillentos. Su cuerpo puede eliminar el virus por sí solo.
El HBV crónico se desarrolla cuando el virus permanece después de la fase aguda y, a veces, vive en el huésped durante décadas sin síntomas. De hecho, es posible que una persona no muestre ningún signo de enfermedad hasta que desarrolle cáncer de hígado o enfermedad hepática en etapa avanzada. Los síntomas de la reactivación crónica de la hepatitis B son similares a los de la versión aguda, pero también pueden incluir acumulación de líquido en las piernas y el abdomen, sangrado gastrointestinal y confusión por las toxinas que circulan en el cuerpo.
La hepatitis B es como el herpes o el VIH en el sentido de que ingresa a la célula huésped y luego se instala en el núcleo, donde se replica.
Por el contrario, la hepatitis C, que es quizás el más conocido de los virus de la hepatitis, permanece en el citoplasma o en el exterior del núcleo. La hepatitis A y la hepatitis C son curables, no así la hepatitis B, aunque también existe vacuna y tratamiento para esta última. Tanto el virus B como el C se transmiten por contacto con sangre o fluidos corporales infectados. Por otro lado, la hepatitis A se transmite al consumir agua o alimentos contaminados. La hepatitis A es contagiosa y generalmente se transmite por vía feco-oral debido a una mala higiene. No es así con la hepatitis B.
Si bien la hepatitis B y la hepatitis C son patógenos transmitidos por la sangre, la mayoría de los casos del primer virus se transmiten de madre a hijo al nacer. Sin embargo, la hepatitis C se propaga con mayor frecuencia a través de agujas no esterilizadas al inyectar drogas, entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (hombres homosexuales), y prácticas sexuales no seguras.
Si bien las consecuencias del HBV no tratado pueden ser fatales, el Dr. Bhamidimarri señala que “el tratamiento es simple y altamente eficaz. Puede que no tengamos una cura, pero podemos prevenir la muerte y las complicaciones hepáticas”.
El tratamiento consiste en tomar un medicamento antiviral por vía oral una vez al día, normalmente durante el resto de la vida del paciente.
También, desde la década de 1980, existe una vacuna contra la hepatitis B y se recomienda para todas las edades, informa el Dr. Bhamidimarri.
Las últimas pautas de los CDC para la detección del HBV se basan en recomendaciones anteriores emitidas en 2008. Ese aviso enumeraba alrededor de 20 categorías de poblaciones en riesgo que se beneficiarían de la detección, pero hay otras personas con HBV que tal vez no hayan declarado explícitamente sus riesgos debido al estigma social o barreras culturales.
“La nueva pauta de los CDC sólo simplifica la tarea del médico de atención primaria, ya que brinda la oportunidad de diagnosticar la infección en aquellos que no lo saben, pero también de vacunar a los que son susceptibles”, explicó. “En general, es una estrategia muy rentable que avanzará sustancialmente en nuestros objetivos de eliminación de la hepatitis viral”.
La detección universal probablemente supondrá un gran paso adelante.
“Estará ampliamente disponible y simplifica el proceso. Todos pueden hacerse la prueba como parte de una rutina de consultorio”.
Ana Veciana-Suárez es colaboradora habitual de University of Miami Health System. Es autora y periodista reconocida que trabajó en The Miami Herald, The Miami News y The Palm Beach Post. Visite su sitio web en anavecianasuarez.com o sígala en Twitter: @AnaVeciana.
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