Experto: Los niños necesitan tener mejores conductas alimentarias

Hay muchas razones por las que las familias visitan mi clínica de nutrición, una de las cuales puede deberse a problemas de peso o un niño con obesidad. Como padres, queremos preparar a nuestros hijos para un futuro mejor.

Escuchar todas las posibles comorbilidades con las que se puede relacionar la obesidad en la edad adulta puede ser bastante preocupante. A continuación, encontrará algunas preguntas frecuentes que hacen muchas familias que tienen problemas de peso.

¿Qué tipo de dieta debe seguir mi hijo?

La verdad es que ningún niño (o adulto) necesita seguir una tendencia de alimentación. Estas dietas a menudo son insostenibles y harán que su hijo anhele o desee más los alimentos que elimina de su dieta.

En el momento en que su hijo finalice el plan de alimentación, es probable que se dé un atracón de “alimentos prohibidos”, aumente de peso, tenga una mala relación con los alimentos y una dieta con efecto “rebote” de por vida.

Entonces, la respuesta es que el tipo correcto de dieta para su hijo aquel que sea natural, incluya los alimentos culturales familiares y contenga variedad de colores y texturas.

¿Puede armar un plan de comidas con los alimentos que debe comer mi hijo?

Al igual que las dietas, los planes de comidas no funcionan. Los planes de alimentación son rígidos, muy parecidos a una dieta, y hacen que uno se sienta aburrido o restringido. En lugar de tratar de seguir un plan de comidas, intente seguir las pautas generales de cómo debe verse un plato.

Asegúrese de que esté presente una fuente de proteínas y una fuente de carbohidratos con cantidades generosas de vegetales fibrosos. Esto proporcionará un plato equilibrado y energía sostenida.

¿Cómo hago para que mi “quisquilloso” coma un vegetales?

Algunas cosas son más fáciles decir que hacer. Comer, al final de cuentas, es una conducta, no solo un medio para obtener energía.

Entonces, al igual que cualquier comportamiento, comer vegetales regularmente es algo que debe aprenderse.

En primer lugar, los padres deben ser un rol a seguir, por lo que estos vegetales también deben estar en sus platos. Como adultos, hemos tenido miles de exposiciones a los alimentos.

Recuerde que su hijo tiene una exposición sustancialmente menor a los alimentos y puede tomar docenas de intentos antes de que pruebe o le guste un alimento. Algunos niños son muy reacios a comer o probar un vegetal desconocido. Un especialista capacitado debe ayudarlo a descartar causas orgánicas como alergias no mediadas por IgE o problemas sensoriales para evitar una experiencia traumática.

Si un niño tiene la opción de elegir qué comida comer, cuándo o dónde comerla, es hora de romper con estos hábitos poco convenientes.

Lo que está en el menú está en el menú; tómelo o déjelo.

Como padre, usted decide qué se sirve, cuándo y dónde, y lo único que el niño debe saber es cuánto comerá. Esto significa que si el brócoli es lo que hay para la cena, su “quisquilloso” debe tenerlo en el plato, incluso si no quiere comerlo. Esto no significa que puedan elegir después de terminar los otros alimentos que quieren un alimento favorito.

Dar gustos y consentir a los miembros individuales de la familia es la forma en que se crean los “comedores quisquilloso”.

Otra forma de crear tensión al momento de comer es prometer postres como recompensa por terminar una comida. La comida nunca debe usarse como recompensa; en realidad enseña a los niños a que les guste más o menos ciertos alimentos. Es mejor incorporar el postre en la cena si es un alimento que planea servir en lugar de que sea un premio.

En esencia, está colocando el postre en un pedestal, y una vez que tiene el postre en el mismo campo de juego o plato, lo convierte en una comida más. En unas pocas semanas, descubrirá que su hijo no se sentirá tan atraído por el exceso de placer con estos dulces.

¿Cuánto peso debe perder mi hijo?

A menudo les digo a los padres, y a los niños, que no estoy interesado en la pérdida de peso. Hablar de peso es algo que no vamos a hacer ya que es psicológicamente perjudicial. Queremos perder o deshacernos de malas decisiones de comportamiento y dar pequeños pasos para tener buenos logros.

El enfoque está en el cambio de conductas de una manera que funcione mejor para el niño y la familia. Enseñar a los padres y al niño a ejemplificar el diálogo interno positivo sobre la imagen corporal es clave para tener la mentalidad correcta. Y los padres deben saber que juegan un papel similar en el cambio de conducta del niño.

Las conductas de alimentación y la mala imagen de uno mismo están asociados con un mayor riesgo de trastornos alimentarios. Así que, elimine la balanza y la obsesión con los números.

Escrito por Christy Gardner, MS, RD, LD/N, Dietista Clínica de University of Miami Health System

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