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La AAP publica una nueva guía sobre tratamiento para niños obesos

6 min read  |  junio 05, 2023  | 
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En un esfuerzo por ofrecer mejores herramientas de evaluación y tratamiento para niños con sobrepeso u obesidad, la Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) publicó recientemente un documento de 73 páginas, el primero sobre el tema en 15 años. 

¿El objetivo? Eliminar el estigma de la afección y fomentar la comprensión, tanto entre los médicos como el público en general, de que la compleja enfermedad tiene graves implicaciones para la salud, sin embargo, puede tratarse de manera efectiva.

Lisa Gwynn, D.O., M.B.A., M.S.P.H, pediatra de University of Miami Health System, afirma que “estaba pendiente desde hace mucho tiempo”, pero también elogia a la academia por la nueva guía.

“Estoy muy contenta de que hayan hecho esto porque, como pediatras, hemos estado hablando y observando [problemas de peso] entre nuestros pacientes durante mucho tiempo”, explica la Dra. Gwynn. “La obesidad es una de las afecciones más difíciles de tratar. No es como una infección de oído en la que se le indican medicamentos al paciente durante 10 días y mejora. Hay muchos factores que contribuyen a la obesidad y cada uno de ellos debe abordarse”.

Al igual que otros médicos, la Dra. Gwynn ha visto cómo la cantidad de pacientes obesos o con sobrepeso aumenta constantemente con el paso de los años. 

Aproximadamente 14.7 millones de niños y adolescentes se consideran obesos en los EE. UU., según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, y las tasas de prevalencia aumentan con la edad. Por ejemplo, la prevalencia de la obesidad fue del 12.7 % entre los niños de dos a cinco años, del 20.7 % entre los de seis a 11 años y del 22.2 % entre los de 12 a 19 años.

La obesidad también es más frecuente entre las minorías.

Su prevalencia fue del 26.2 % entre los niños hispanos y del 24.8 % entre los niños negros no hispanos. En forma comparativa, la tasa de prevalencia de los niños blancos no hispanos fue del 16.6 %. La más baja fue entre los niños asiáticos no hispanos, con un 9.0 %.

Esas cifras son particularmente alarmantes, porque los estudios muestran que la tasa de obesidad infantil ha aumentado más del triple en las últimas cuatro décadas. Sin embargo, el crecimiento se ha desacelerado un poco en los últimos años a medida que los padres, las escuelas y los expertos en la infancia abordan esta enfermedad crónica frecuente. 

El nuevo informe de la AAP reconoce que existen varios factores, incluidos elementos genéticos, socioeconómicos y ambientales, que contribuyen a la enfermedad. 

En resumen, perder peso no puede reducirse a una simple cuestión de elección personal.

“No se trata de fuerza de voluntad”, explica la Dra. Gwynn. “Ahora sabemos que esto es multifactorial y que, para abordarlo, se debe involucrar no sólo a los padres y los niños, sino también a las escuelas y la comunidad”.

El tratamiento temprano y agresivo de la enfermedad es primordial porque, si no se trata, puede provocar afecciones potencialmente mortales, como diabetes tipo 2, colesterol alto y enfermedades cardiovasculares. 

La obesidad no es algo que se supera con la edad.

Lisa Gwynn

El informe de la AAP se aleja del enfoque gradual utilizado en el pasado y recomienda la intervención temprana, convocando a los médicos de atención primaria y a los pediatras a derivar rápidamente a los pacientes a programas de tratamiento especializados.

A partir de la bibliografía médica basada en la evidencia, las nuevas pautas establecen que el tratamiento más eficaz es la terapia conductual intensiva. Este tipo de terapia implica asesoramiento nutricional, pautas de ejercicio y cambios en el estilo de vida no sólo para el niño, sino generalmente para toda la familia. 

Si bien el mejor tratamiento incluiría por lo menos 26 horas de asesoramiento en persona durante tres meses o más, la Dra. Gwynn y otros médicos indican que estas pautas pueden ser difíciles de seguir para algunas personas.

Esta terapia intensiva no suele estar cubierta por el seguro de salud, ni es de fácil acceso para determinadas familias, especialmente las que viven en zonas desfavorecidas. La mayoría de estos programas están disponibles en centros médicos académicos u hospitales y en clínicas comunitarias de mayor tamaño, porque ofrecen el servicio de numerosos especialistas, desde trabajadores sociales hasta nutricionistas y fisiólogos del ejercicio.

“Las recomendaciones conductuales deben estar a la vanguardia del tratamiento, pero también sabemos que no todos tendrán acceso a ellas”, reconoce la Dra. Gwynn.

Sin embargo, los pediatras pueden hacer su parte para cambiar los hábitos de estilo de vida. Los padres son la clave para esto, ya que son quienes compran los alimentos, quienes preparan las comidas y quienes se ocupan de cumplir con las citas.

“Me gusta dar a conocer que esta enfermedad tiene graves consecuencias a corto y largo plazo”, afirma. “No quiero asustar a los padres, pero sí quiero que estén al tanto de lo que puede ocurrir”. 

Ella también transmite este mensaje al niño de una forma en que pueda comprenderlo.

El seguimiento cercano y la gran cantidad de estímulos también son importantes. “Trato de transmitir que estoy de su lado, que estamos todos juntos en esto, para que el niño se sienta apoyado en lugar de aislado”.

Además del tratamiento conductual intensivo temprano, el informe de la AAP también aprueba los medicamentos para perder peso y la cirugía en el caso de los niños de mayor edad, cuando otras intervenciones no han tenido buenos resultados. 

La posibilidad de una intervención farmacológica debe analizarse para niños de 12 años o más. En cuanto a la cirugía para perder peso, esta debería ser una opción sólo para adolescentes (de 13 años en adelante) con obesidad grave.

Tales recomendaciones han recibido cierto rechazo en las redes sociales, y algunos temen que estas sugerencias sean demasiado para los pacientes jóvenes. En realidad, “esto sería para un pequeño subconjunto de pacientes”, explica la Dra. Gwynn. “La cirugía y los medicamentos definitivamente no son tratamientos de primera línea y pueden reservarse para casos graves refractarios. Estos casos serían muy pocos y distantes entre sí”.


Ana Veciana-Suárez es colaboradora habitual de University of Miami Health System. Es autora y periodista reconocida que trabajó en The Miami HeraldThe Miami News y The Palm Beach Post. Visite su sitio web en anavecianasuarez.como sígala en Twitter: @AnaVeciana.

Tags: aumento de peso en niños, contribuir al aumento de peso, Dra. Lisa Gwynn, hábitos alimenticios, índice de masa corporal (imc), opciones alimentarias

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