La Dieta Cetogénica y el Riesgo de Cáncer, La Gripe Cetogénica y Más Respuestas

Las noticias están por todas partes. Pero también las preguntas acerca de la última moda alimentaria que ha llamado la atención de aquellos que desean bajar de peso y ha despertado la curiosidad de los aficionados a la salud y el ejercicio físico, los padres, los dietistas, los médicos y los investigadores.

Las pruebas parecen indicar que la dieta cetogénica puede ayudar a controlar problemas de salud, como la epilepsia infantil, la diabetes, la obesidad, la hiperlipidemia y los factores de riesgo cardiovascular. ¿Hasta dónde llegan los beneficios de la dieta cetogénica para la salud?

Aunque algunos estudios de investigación destacan las respuestas positivas de la dieta cetogénica, esta forma de alimentación con tantas restricciones no es adecuada para todas las personas.

Bueno, comencemos por el principio: ¿qué es la dieta cetogénica?

La dieta cetogénica (conocida como la dieta Keto) es una versión más estricta de la dieta Atkins, que se basa en gran medida en el consumo de grasas y proteínas, mientras que limita el consumo de carbohidratos. La dieta cetogénica es más restrictiva porque limita el consumo diario de carbohidratos a 20 gramos (menos que la cantidad que tiene una manzana) y no recomienda más de 60 gramos de proteína por día. El resto de la dieta se basa en el consumo de grasas.

Cuando se priva al cuerpo de carbohidratos durante un tiempo determinado, este debe recurrir a otras fuentes de combustible para obtener energía. Después de hacer la dieta cetogénica durante tres a cuatro días, las reservas de glucosa del cuerpo no son suficientes para abastecer el sistema nervioso central. Esto hace que el cuerpo produzca una fuente de energía alternativa a partir de las reservas de grasa de una persona, denominadas cetonas. Cuando el cuerpo inicia este proceso metabólico, se denomina cetogénesis. Este estado de quema de grasa, con frecuencia denominado cetosis, es el objetivo de la dieta cetogénica.

¿La dieta cetogénica combate el cáncer?

“Eso se remonta a la década de 1920, cuando el científico alemán Otto Warburg descubrió que las células cancerosas promueven su crecimiento a través de la metabolización de una gran cantidad de glucosa para producir energía, sin utilizar oxígeno. Las células ‘normales’ utilizan oxígeno para metabolizar la glucosa y producir energía. Cuando el cuerpo está en cetosis, las células sanas utilizan las cetonas para producir energía, pero es posible que las células cancerosas no puedan hacerlo con tanta facilidad. Por lo tanto, la dieta cetogénica intenta privar a las células cancerosas de su principal fuente de energía, la glucosa”, dice Lesley Klein, terapeuta nutricional médica y jefa de dietistas clínicos en Sylvester Comprehensive Cancer Center.

Según Klein, la mayoría de las afirmaciones acerca de la dieta cetogénica y el cáncer deriva de estudios de laboratorio y en animales.

“En un estudio realizado en 2018, se descubrió que la dieta cetogénica intensificaba los efectos de un medicamento contra el cáncer específico”, dice Klein. “Sin embargo, según el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer (AICR, por sus siglas en inglés), en algunos casos, la dieta cetogénica por sí sola no tenía ningún efecto sobre el cáncer y en realidad aceleraba el crecimiento de la leucemia en ratones. Otro estudio en el que participaron pacientes con cáncer de ovario y de endometrio mostró datos favorables después de tres meses. Se necesitan más estudios clínicos para determinar si la dieta cetogénica puede ser una terapia sin medicamentos posquirúrgica eficaz para determinados tipos de cáncer”.

¿Qué es la gripe cetogénica?

A muchas de las personas que hacen la dieta les resulta difícil alcanzar realmente la cetosis, o mantenerla, porque en los primeros días o semanas de ingerir solo alimentos con alto contenido de grasas, contenido medio de proteínas y bajo contenido de carbohidratos, pueden sentirse bastante mal. Esta reacción común se conoce como la gripe cetogénica, porque hace que las personas que hacen esta dieta se sientan letárgicas, malhumoradas, constipadas y tal vez hasta descompuestas. Pero, si la persona sigue la dieta el tiempo suficiente, esto deja de suceder. Una vez superada esa etapa, los partidarios de la dieta cetogénica con frecuencia informan que se sienten saludables y que tienen muchos menos antojos de azúcares y carbohidratos.

La dieta cetogénica comenzó como un tratamiento para la epilepsia infantil.

Si bien todavía se está investigando la fisiología detrás de esto, los médicos coinciden en que la dieta cetogénica parece ser muy prometedora para el control de los síntomas de los jóvenes epilépticos.

“Algunas personas deciden seguir una dieta similar (conocida como la dieta Atkins modificada) en su adultez para ayudar a controlar su epilepsia, además de tomar los medicamentos para la epilepsia”, dice Nicole Rittman, una dietista certificada del University of Miami Health System.

Si bien a los adultos les puede resultar difícil mantener la dieta cetogénica, existen pruebas contundentes que demuestran la eficacia del uso de las dietas cetogénicas en las terapias para bajar de peso. La dieta cetogénica con alto contenido de grasas, recomendada principalmente para los adultos que luchan contra la obesidad, puede llevar a que se pierda más peso que las dietas con bajo contenido de grasas que permiten un mayor consumo de carbohidratos.

“En los primeros días de la dieta cetogénica, la pérdida de peso inicial probablemente se relacione, en parte, con la pérdida de agua, en lugar de masa grasa”, dice Rittman. “Sin embargo, en las próximas semanas, la pérdida continua de peso en esta dieta puede relacionarse con la transición que se produce en la alimentación por la cual se deja de consumir productos refinados procesados (como gaseosas, dulces, panes blancos y pastas) y se aumenta el consumo de verduras sin almidón (como ensaladas verdes, pimientos y brócoli) y proteínas y grasas más saludables (como aguacates, pollo, pavo, mariscos, huevos, frutos secos y semillas).

“También es posible que las personas que hacen la dieta cetogénica consuman menos calorías en general durante el día, lo que contribuye aún más a la tendencia de pérdida de peso. La pérdida de peso que se logra a partir del mantenimiento de estos cambios en la alimentación también puede ayudar a prevenir o controlar la diabetes tipo 2 y algunas enfermedades cardiovasculares”.

Incluso existen pruebas que demuestran que las dietas cetogénicas pueden mejorar el estado emocional de las personas con sobrepeso que hacen dieta y que siguen las reglas de la dieta después del período inicial de la gripe cetogénica.

¿La dieta cetogénica es adecuada para mí?

Rittman advierte lo siguiente: “Yo no recomendaría esta dieta a las personas con diabetes tipo 1 debido al consumo restringido de carbohidratos y a la mayor producción de cuerpos cetónicos de la dieta cetogénica”.

“Además, podría no ser apropiada para las personas que padecen enfermedad renal crónica debido al hincapié en el consumo de proteínas. Tampoco recomiendo esta dieta a las personas con mayores necesidades nutricionales debido a enfermedades como el cáncer, la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa. La dieta cetogénica puede ser demasiado restrictiva para estos pacientes y ocasionar una pérdida de peso involuntaria”, dice.

Klein coincide. “Actualmente, ninguna organización de salud importante recomienda la dieta cetogénica a los pacientes con cáncer o para la prevención del cáncer. Sin embargo, el AICR apoya las investigaciones en esa área. Hay posibilidades de que se la utilice en los pacientes con cáncer que tienen tumores cerebrales”.

Si decide comenzar la dieta cetogénica…

Si está considerando la dieta cetogénica con el objetivo de controlar su peso, problemas cardiovasculares o la diabetes tipo 2, primero analice el tipo y la cantidad de carbohidratos en su dieta actual. Comenzar la dieta cetogénica lo obligaría a evitar los azúcares agregados y los alimentos procesados, que son prácticas más saludables para todos. Sin embargo, la dieta también reduciría el consumo de fibra, vitaminas y minerales que se encuentran en los granos enteros, las frutas, algunas verduras, los frijoles y las legumbres. Reemplazar estos alimentos por aquellos con alto contenido de calorías y grasas saturadas (que incluyen las carnes rojas, los productos lácteos enteros y algunos aceites vegetales) podría aumentar los niveles de colesterol y tener un efecto negativo en las bacterias intestinales.

Si hace la dieta cetogénica, Rittman recomienda ingerir una cantidad suficiente de agua, ya que pierde la hidratación adicional que aportan las frutas y verduras. Mantenerse hidratado lo ayudará a controlar el estreñimiento ocasionado por la falta de fibra en esta dieta y puede ayudar a proporcionar energía durante el período de la gripe cetogénica.

Para reducir el consumo de grasas saturadas mientras siga la dieta cetogénica, trate de ingerir más pescado, pollo y pechuga de pavo, huevos, soya y frutos secos en lugar de carnes rojas.

Rittman también recomienda tomar un multivitamínico diario para complementar la disminución en vitaminas, minerales y antioxidantes de la dieta cetogénica, que normalmente aportan las frutas, las verduras y los granos integrales.

O bien, puede probar una opción más simple. “Existen pruebas claras que demuestran que seguir una dieta rica en alimentos de origen vegetal, consumir cantidades moderadas de carnes rojas y otras proteínas animales, limitar el consumo de alcohol y hacer ejercicio pueden disminuir el riesgo de padecer cáncer y otras enfermedades crónicas, como obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas”, dice Klein.

Si considera seguir una dieta restrictiva como la dieta cetogénica, Rittman recomienda hablar primero con un profesional médico o dietista para determinar si es adecuada para usted. “Las mejores dietas para controlar el peso, o para la salud general, no son necesariamente las dietas en sí. Son cambios en el estilo de vida”.

Dana Kantrowitz y Nancy Moreland son escritoras colaboradoras de UMiami Health News.