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Los niños no reciben la atención psiquiátrica que necesitan

4 min read  |  julio 19, 2019  | 
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Las cifras son sorprendentes. Las tasas de suicidio han aumentado ininterrumpidamente entre las niñas de 10 a 14 años desde 2007, según un estudio reciente. Las persistentes sensaciones de tristeza y desesperanza también aumentan cada vez más. Los informes muestran que los niños con diagnósticos de enfermedades mentales no reciben la ayuda que necesitan y, en muchos casos, los padres no saben que sus hijos tienen tendencias suicidas.

El estigma y el acceso a los servicios son las principales barreras para que los niños reciban ayuda, según la Dra. Stefania Prendes-Álvarez, experta en psiquiatría juvenil de University of Miami Health System.

“Los diferentes niveles de psicoeducación definitivamente contribuyen”, indica.

“Esto incluye cuánto conocimiento tienen los padres sobre las opciones que existen de tratamientos efectivos para las diferentes afecciones”. La propia creencia de los padres acerca de la salud mental también repercutirá en lo que decidan para sus hijos.

En 2016, menos de la mitad de tres millones de niños que sufrían depresión recibieron tratamiento, según la Oficina de Salud de los Adolescentes del Departamento de Salud y Servicios Humanos los Estados Unidos. También detallaron el estigma y las normas culturales como obstáculos, así como también una escasez de psiquiatras especializados en adolescentes especialmente en las zonas rurales.

El suicidio es el resultado extremo de un trastorno mental no tratado, pero no es el único riesgo. Las afecciones de salud mental no tratadas pueden provocar muchas aflicciones a los niños y pueden interferir en su desarrollo, menciona la Dra. Prendes.

Qué buscar y qué hacer.

Si su hijo comienza a aislarse, a no realizar las actividades que solía disfrutar, a manifestar cambios en los hábitos del sueño y de la alimentación, a bajar sus calificaciones, quizás sea momento de consultarlo.

No confíe únicamente en la medicación, agrega. “Hablo personalmente con las familias acerca de la importancia y de los efectos sinérgicos de utilizar la psicofarmacología (medicamentos) junto con la psicoterapia”.

Encontrar un terapeuta puede ser difícil. Es importante confiar en el terapeuta de su hijo y sentir que su consultorio es un espacio seguro; por lo tanto, puede que deba tener que reunirse con dos o tres para encontrar la persona adecuada. “Los padres tienen que sentir que el terapeuta trabajará de manera estrecha con su hijo además de reunirse con ellos de manera periódica y de proporcionarles orientación”, manifiesta la Dra. Prendes.

Si su hijo se resiste a recibir asesoramiento, hable con él acerca de sus emociones y pensamientos, agrega. Un buen terapeuta trabajará con usted y con su hijo para definir algunos objetivos comunes para analizar en terapia.

“En última instancia, la mayoría de los niños reconocerán que hay algo que no está bien dentro de su realidad e intentaré que se den cuenta de que puedo ser alguien que puede ayudarlos con esta situación”, menciona. Lo más importante es asegurarse de que reciban tratamiento.

Si observa un niño que manifiesta señales de advertencia de una enfermedad mental que necesita ayuda, consulte a su proveedor de atención médica o profesional de la salud mental. En situaciones de crisis o potencialmente mortales, llame al 911, comuníquese con la National Suicide Prevention Lifeline (Línea nacional de prevención del suicidio) (1-800-273-8255) o diríjase a la sala de emergencias del hospital más cercano.


Natasha Bright es escritora colaboradora de UMiami Health News. Sus artículos también aparecieron en los sitios web de Huffington Post y Scary Mommy.


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