Paciente Joven Se Recupera Completamente Tras Derrame Cerebral

Ángel Monte tenía tan solo 41 años cuando sufrió un derrame cerebral.
“En ese momento sentí la mitad del cuerpo caliente y la otra fría”, dice Ángel, quien al mismo tiempo se preguntaba qué le estaba pasando. “Yo siempre he tenido buena salud, no fumaba, mis valores de triglicéridos y colesterol estaban en rango, y mi peso corporal era normal”, agrega.
Ángel sabía que algo no estaba bien, por lo que de inmediato él y su esposa se dirigieron al hospital.
“Cuando el señor Ángel llegó al hospital le dimos el tratamiento agudo. Él es un paciente joven, que no tenía presión alta, problemas de azúcar, pero sí tenía un poco de sobrepeso”, dice la Dra. Erika Marulanda, neuróloga vascular de The University of Miami Health System, UHealth.
Un derrame se puede producir en diferentes partes del cerebro, y las complicaciones dependen de cuánto tiempo quede el cerebro sin flujo sanguíneo y qué partes se vean afectadas.
“Cuando me dijeron que había sufrido un derrame, me sorprendí enormemente, pero estaba determinado a hacer todo lo necesario para recuperarme”, dice Ángel.
“Al principio sus síntomas eran bastante severos; tenía mucha dificultad para caminar, coordinar, hablar y tragar. Afortunadamente todo fue mejorando con el tiempo”, dice la neuróloga.
“Perdí lamovilidad de las piernas, no tenía equilibrio. Cuando me sentaba, me iba de lado y cuando me paraba tenía que sostenerme de las paredes”, dice Ángel. “Además perdí 95 % de la energía, tenía dolor en la cara y el ojo derecho se me cerró”.
Recientes estudios han demostrado que los jóvenes pueden tener el mismo riesgo de derrame cerebral que las personas mayores. “Hemos aprendido en los últimos años que las personas jóvenes están teniendo los mismos factores de riesgo que se asocian con las personas mayores, tales como hipertensión, colesterol elevado, diabetes, obesidad y apnea del sueño”, dice la doctora.
De hecho, Ángel tenía sobrepeso y sufría de apnea severa del sueño. “Mi apnea era tan severa que durante una hora, o sea 60 minutos, mi cerebro se quedaba 100 veces sin oxígeno, dice. Desde entonces, él usa la máquina C-PAP que le proporciona una presión de aire constante a través de una máscara durante el sueño, manteniendo abiertas las vías respiratorias y evitando las interrupciones en la respiración.
Ángel mantuvo una actitud positiva desde el primer día. “Siempre me decía que iba a hacer todo lo necesario para estar bien por mi familia”, dice.
Y eso fue lo que hizo durante un año. Siguió con rigor el tratamiento médico y la terapia de rehabilitación física recomendada; además adoptó un nuevo estilo de vida en el cual la meditación, el ejercicio y la alimentación sana contribuyeron a su recuperación.
Poco a poco logró volver a caminar, a valerse por sí mismo, y a conducir. Después de un año, regresó al trabajo.
“Mi vida cambió 100 % desde ese evento traumático. Soy una persona nueva, tanto física como mentalmente”, dice Ángel. “Mi vida y la de mi familia son mucho mejores ahora, y la asistencia de UHealth fue espectacular”, concluye.
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