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¿Tiene más de 50 años? Necesita una vacuna contra la culebrilla

8 min read  |  agosto 10, 2023  | 
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Hace poco tiempo, pasé un domingo languideciendo en el sofá, leyendo, durmiendo la siesta y viendo una cantidad ridícula de Netflix. Todo fue por una buena causa: evitar el virus varicela zóster, que causa la culebrilla y la varicela. Acababa de recibir la vacuna contra la culebrilla, conocida como Shingrix, y no me sentía muy bien.

“La mayoría de los pacientes que contraen culebrilla tienen más de 50 años, por lo que este es el grupo principal para el que se aprueba Shingrix”, dice el Scott Elman, M.D., dermatólogo de University of Miami Health System.

Aunque califico fácilmente como “persona mayor de 50 años”, me rehusé a colocarme Shingrix debido a una mala reacción a una vacuna contra el tétanos hace años. Sin embargo, esa experiencia no me impidió correr a la farmacia más cercana para obtener la vacuna contra la COVID-19. Esa vacuna me dejó apático y con gripe durante un par de días, pero con mucho gusto regresé por mis refuerzos.

Entonces, ¿por qué Shingrix era diferente?

A diferencia de la COVID, me preguntaba si la culebrilla era realmente lo suficientemente grave como para soportar los posibles efectos secundarios. No soy el único que intenta racionalizar mi decisión de no vacunarme.

“Escucho que los pacientes no quieren vacunarse porque la vacuna puede ser dolorosa”, afirma el Dr. Elman. “Si bien es cierto que la vacunación puede provocar dolor durante uno a tres días en promedio, el dolor de la vacuna es significativamente menor que el dolor de la culebrilla. Otro concepto erróneo común que escucho es que si tuvo culebrilla una vez, no puede volver a tenerla.

Una infección anterior de culebrilla no previene una infección futura.

Dr. Scott Elman

“En este sentido, recomiendo que incluso aquellos que han tenido culebrilla anteriormente reciban la vacuna Shingrix. La vacuna es eficaz para prevenir el herpes zóster, así como su temida y dolorosa complicación de la neuralgia posherpética”.

Si bien los síntomas de la culebrilla no ponen en peligro la vida, las ampollas con hormigueo o ardor pueden ser intensamente dolorosas. Algunas personas experimentan efectos secundarios frecuentes, como fiebre, dolor de cabeza, fatiga y sensibilidad a la luz.

El virus también tiene la habilidad de atacar en los lugares más inconvenientes.

Una amiga desarrolló un sarpullido rojo intenso en las axilas y debajo de los senos. El dolor era tan intenso que caminaba como Frankenstein con los brazos extendidos y tuvo que estar sin sostén durante días.

Otro amigo tuvo herpes zóster en la garganta. Varios años después, todavía sufre ataques ocasionales de tos seca que, según afirma, fueron causados por el herpes zóster.

Una tercera amiga pasó horas en un baño tibio, buscando alivio de la picazón y las llagas abiertas que le ampollaban la cadera derecha. Peor aún, la erupción dolorosa puede ocurrir alrededor del ojo; si no se trata, puede dañar permanentemente su visión. Cuando el dolor de la culebrilla precede a la erupción, los médicos pueden pensar que proviene de otras fuentes además de la culebrilla y pueden evaluarlo en consecuencia.

En definitiva, dejé de procrastinar y me aventuré. La inyección fue incómoda, pero incluso para esta alma sensible, los efectos secundarios fueron mínimos: dolor en el lugar de la inyección (que se alivia fácilmente con hielo), dolor generalizado, fatiga y algunas oleadas de náuseas.

Por un solo día.

¿Qué causa la culebrilla?

El virus de la varicela zóster pertenece a un grupo de virus del herpes, razón por la cual la culebrilla también se conoce como herpes zóster. (Este grupo incluye virus que causan herpes labial y herpes genital, pero el herpes zóster y la varicela no son causadas por los mismos virus. El herpes genital es una infección de transmisión sexual).

 “Después de tener varicela, el virus que la provoca puede vivir latente en los nervios”, explica el Dr. Elman.

En algunas personas, el virus se reactiva más tarde en la vida y viaja a lo largo de los conductos nerviosos hacia la piel, causando la culebrilla. Esto sucede con más frecuencia en personas mayores y en aquellas con sistemas inmunitarios débiles”.

La mayoría de las personas nacidas antes de que se introdujera la vacuna contra la varicela en 1995 (o al menos las nacidas antes de 1980) han tenido varicela, aunque no lo recuerden. Este es el punto más importante y por qué recomiendo Shingrix para personas mayores de 50 años Y adultos mayores de 19 años que tienen sistemas inmunitarios debilitados como resultado de una enfermedad o terapia.

Dr. Scott Elman

Actualmente, el Dr. Elman afirma que “la FDA no ha aprobado Shingrix para adultos menores de 50 años que tienen un sistema inmunitario normal, independientemente de su historial previo de culebrilla”.

El estrés también puede desencadenar un brote. “El virus ‘despierta’ y puede emerger como culebrilla después de un evento estresante. El estrés puede ser físico o emocional”, explica el Dr. Elman.

El Dr. Elman dice que, desde una perspectiva positiva, desde que se introdujo la vacuna contra la varicela, los casos de culebrilla en los niños han disminuido.

“Mi expectativa es que, a medida que el grupo joven que recibió la vacuna contra la varicela crezca, habrá menos culebrilla (ya que es necesario haber tenido varicela para desarrollar culebrilla), pero aún es demasiado pronto para saber el efecto completo de la vacunación contra la varicela en la culebrilla que desarrollan los adultos”.

¿Es contagioso el virus de la culebrilla?

La respuesta es sí.

Cualquier persona con lesiones activas de culebrilla debe evitar el contacto físico con personas que no hayan tenido varicela o que no hayan recibido la vacuna contra la varicela, especialmente mujeres embarazadas, bebés y personas inmunodeprimidas. En las personas que no han tenido varicela ni han sido vacunadas, el virus de la varicela zóster causa varicela, no culebrilla.

Si bien Shingrix contiene un componente del virus, es una vacuna inactivada.

Se administra en dos inyecciones, con dos a seis meses de diferencia. Algunas personas experimentan enrojecimiento, dolor e hinchazón en el lugar de la inyección. Algunos también se sienten fatigados; otros tienen dolor de cabeza.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan que las personas de 50 años o más se vacunen con Shingrix. Si es elegible para recibir Shingrix, no posponga la vacunación, como lo hice yo.

Las investigaciones demuestran que la vacuna no solo ayuda a prevenir la culebrilla en los adultos mayores, sino que también reduce la posibilidad de complicaciones si tiene un brote. De hecho, se considera que Shingrix tiene una efectividad mayor al 90 % para prevenir la culebrilla y la neuralgia posherpética.

Y las buenas noticias continúan. “La vacuna tiene una durabilidad de cuatro a siete años.

En la actualidad, los CDC no recomiendan una dosis de ‘refuerzo’ de Shingrix”, explica el Dr. Elman.

Aún puede vacunarse si:

  • Ha tenido culebrilla en el pasado.
  • Recibió la vacuna contra la culebrilla Zostavax, que ya no se usa en los EE. UU.
  • No sabe si ha tenido varicela.

En algunos casos, Shingrix no  se recomienda.

“Debe evitar recibir Shingrix si alguna vez ha tenido una reacción a un componente de la vacuna, actualmente tiene culebrilla o está embarazada. Si no está seguro de si sus afecciones médicas subyacentes le ponen en mayor riesgo, debe hablar con su médico”, asegura el Dr. Elman.

Si tiene culebrilla, ¿debe visitar al médico?

El tratamiento médico oportuno puede reducir el dolor, las complicaciones y la duración de un brote, por lo que es aconsejable consultar a un médico. Es posible que le receten un medicamento antiviral; si es así, evite beber alcohol mientras toma el medicamento. 

Hay momentos en que una erupción de la culebrilla requiere atención médica inmediata, como en los siguientes casos: 

  • Si tiene 50 años o más, el riesgo de complicaciones aumenta con la edad.
  • Si aparecen ampollas cerca del ojo. Si no se trata, la infección podría dañar su visión de forma permanente.
  • Si la erupción es dolorosa y cubre un área extendida.
  • Si su sistema inmunitario está comprometido debido a una enfermedad crónica, uso de esteroides, radiación o quimioterapia.
  • Si está en contacto cercano y regular con alguien con alto riesgo de contraer culebrilla.

Shingrix no puede tratar un brote activo, por lo que tiene sentido vacunarse. No solo estará más del 90 % protegido contra la culebrilla y sus complicaciones, sino que también tendrá una buena excusa para relajarse en el sofá.


Nancy Moreland suele colaborar con UHealth Collective.

Escribió artículos para numerosos y reconocidos sistemas de atención médica y para los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC). Sus artículos también aparecen en Chicago Tribune y US News & World Report.

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