Deficiencia de vitaminas: ¿Tiene una deficiencia nutricional?

No todos siguen una dieta bien equilibrada de vegetales ricos en nutrientes, proteínas magras y granos integrales. Incluso si lo hace, es posible que le falten ciertas vitaminas y minerales que su cuerpo necesita a diario.

“Las personas sanas pueden desarrollar deficiencias de vitaminas a pesar de tener una dieta bien equilibrada”, comenta Federika Garcia, MS, RDN, LDN, CNSC, dietista registrada en oncología clínica en Sylvester Comprehensive Cancer Center, parte de University of Miami Health System. Usted puede tener una deficiencia nutricional “si no incluye opciones variadas de alimentos (cambiar y rotar los colores de frutas y verduras, por ejemplo), o si está comiendo cantidades insuficientes de alimentos ricos en nutrientes”.

Otras causas de las deficiencias de vitaminas o minerales incluyen la genética, el origen étnico racial y los problemas de digestión y absorción de nutrientes.

Con mayor frecuencia, las afecciones de salud, las cirugías con cambios anatómicos y resecciones (como un bypass gástrico) y los tratamientos para ciertas enfermedades aumentan el riesgo de desarrollar deficiencias, a pesar de tener una dieta bien equilibrada.

“Las interacciones entre fármacos y nutrientes también son frecuentes. Por ejemplo, algunos medicamentos pueden inducir deficiencias de vitaminas y minerales al interactuar con el metabolismo, la absorción, el transporte, la activación y la utilización”, dice Garcia.

¿Tiene deficiencia de vitaminas?

Los primeros indicadores de una deficiencia de vitaminas o minerales son los síntomas asociados con esas condiciones. En los Estados Unidos, las deficiencias de vitaminas más comunes son las de vitaminas D y B12, magnesio, folato y potasio.

• Si no está consumiendo o absorbiendo suficiente vitamina D, puede experimentar problemas de salud ósea (osteopenia, osteoporosis o fracturas óseas) o depresión.
• La deficiencia de vitamina B12 a menudo se caracteriza por mala memoria y función cognitiva, neuropatía, entumecimiento, depresión, fatiga, anemia, demencia o aftas.
• Si su dieta es baja en magnesio, puede experimentar debilidad muscular y calambres, mala salud ósea, mal estado mental, confusión, enfermedad cardiovascular, estreñimiento, fatiga o falta de sueño.
• La deficiencia de folato puede presentarse con fatiga, irritabilidad o anemia.
• Los niveles insuficientes de potasio pueden provocar calambres y debilidad muscular, fatiga, hipertensión o enfermedad cardiovascular.

Si experimenta estos síntomas sin una explicación, hable con su médico.

“Es importante observar el panorama completo de su salud, alimentación y signos y síntomas de insuficiencia de nutrientes”, comenta Garcia.

Para confirmar una deficiencia, su médico puede recomendar pruebas específicas. Existen limitaciones para estas pruebas, y los biomarcadores nutricionales no están disponibles para todos los nutrientes.

“Los análisis de sangre, el estado neurológico y gastrointestinal y los exámenes físicos centrados en la nutrición (es decir, observar los cambios en la apariencia, textura, color y forma de los ojos, el cabello, la boca, las uñas y la piel) se utilizan para evaluar a los pacientes”, explica.

¿Cómo se puede corregir una deficiencia nutricional?

Comer con un arcoíris de colores es una forma sencilla de asegurarse de obtener una variedad de vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales en lugar de calorías vacías (azúcares agregados y almidones blancos sin fibra). Llene su plato con vegetales coloridos, frutas, granos integrales y proteínas magras (evite que todos los alimentos sean color marrón, blanco y amarillo). Limite los productos altamente procesados, las comidas rápidas y los refrescos.

Sin embargo, es posible que una dieta saludable por sí sola no proporcione todo lo que su cuerpo necesita.

“Una vez que se sospecha una deficiencia e idealmente se confirma a través de análisis de sangre, signos físicos y síntomas que se correlacionan con la insuficiencia de nutrientes, se pueden recomendar suplementos de vitaminas y minerales en dosis altas”, afirma Garcia.

Las personas consideradas de alto riesgo (adultos mayores, mujeres embarazadas y personas inmunodeprimidas) y adultos con antecedentes de deficiencia pueden necesitar dosis más altas de vitaminas y minerales además de alimentos integrales ricos en nutrientes.

“Otras personas con afecciones médicas (como la enfermedad de Crohn o celiaquía) o que toman ciertos medicamentos (como los IBP y metformina) pueden beneficiarse de un control estricto y de la suplementación con nutrientes específicos”, agrega.

Es posible que desee omitir el pasillo de las vitaminas si no tiene deficiencia de nutrientes.

Garcia advierte que la suplementación con vitaminas y minerales en dosis altas sin la supervisión de un profesional médico puede causar más daños que beneficios.

“Si se consumen en exceso sin supervisión clínica, algunos nutrientes pueden acumularse por demás y provocar toxicidad”, asegura.

“Las toxicidades de la vitamina D y la vitamina A, por ejemplo, pueden tener repercusiones negativas para la salud. Las vitaminas y los minerales a menudo actúan de forma sinérgica y antagónica. Un nutriente consumido en exceso sin deficiencia puede conducir a una deficiencia nutricional secundaria. Por ejemplo, el exceso de suplementos de zinc puede conducir a una deficiencia de cobre”.

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Mantenga un diario de alimentos veraz durante un par de semanas, para que su proveedor de atención médica pueda comenzar con una imagen precisa de su ingesta nutricional. Y tenga en cuenta que no existe una píldora mágica para superar una mala alimentación.

Dana Kantrowitz es colaboradora del servicio de noticias de UHealth.

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