Experta cirujana logra salvar extremidad de paciente con enfermedad arterial periférica
Después de sufrir varios ataques al corazón y derrames cerebrales, Henry Pérez, de 65 años, comenzó a tener un fuerte dolor de pierna que le impedía caminar.
“Estuve en Santo Domingo, República Dominicana, tratándome durante 6 meses, pero cada día estaba peor”, dice Pérez.
Una vez de regreso a Miami, a Pérez le diagnosticaron enfermedad periférica arterial (PAD, por sus siglas en inglés). Los factores de riesgo asociados a la enfermedad periférica arterial son: fumar, envejecimiento, enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal crónica y diabetes.
“La enfermedad periférica arterial ocurre cuando se presenta un estrechamiento de las arterias que causa la reducción del flujo de sangre hacia los brazos y las piernas”, explica la Dra. Kathy González, cirujana vascular de University of Miami Health System.
“Realmente no podía caminar. Daba un paso y tenía que parar porque me cansaba y el dolor era insoportable”, dice Pérez.
El estado de la pierna de Pérez era crítico. Se le había formado una úlcera muy grande que no sanaba, y estaba al borde de perder la pierna.
“Con mucha suerte, Pérez llegó a nosotros en un momento en que podíamos hacer un procedimiento que, aunque era de alto riesgo, podía salvarle la pierna”, dice la Dra. González.
Según la cirujana, los procedimientos vasculares o cirugías se indican cuando el paciente tiene síntomas de isquemia crítica en la extremidad, tales como dolor en la pierna en reposo o úlceras que no sanan.
“Cuando el paciente tiene síntomas de claudicación, dolor o calambres en las piernas al caminar, y estos limitan su vida, también se indica un procedimiento vascular”, afirma la cirujana.
Pérez tenía la arteria femoral totalmente ocluida, por lo que la Dra. González optó por la cirugía de baipás vascular periférico. “Esta es una cirugía de alto riesgo, y en su caso el riesgo era mayor porque él había sufrido un ataque al corazón recientemente”, asegura la doctora.
“En general nosotros vemos los casos más complicados en la comunidad, casos en los que otros médicos ya han tratado de salvar la pierna y no han tenido éxito”, afirma la cirujana.
La Dra. González enfatiza que es importante el diagnóstico preciso de la enfermedad, ya que, en muchos casos, los dolores en las piernas se atribuyen a problemas de espalda o musculares, y no a una enfermedad de los vasos sanguíneos.
“Nosotros estamos capacitados para salvar extremidades. El problema es que muchas veces vemos al paciente cuando ya es demasiado tarde para hacerle un procedimiento de salvamento de extremidad”, dice la doctora.
La prueba de índice tobillo-brazo es una prueba sencilla para detectar la enfermedad arterial periférica. “Esta prueba compara la presión arterial sistólica del tobillo con la del brazo. En personas sanas la presión del tobillo debe ser igual o mayor que la presión en el brazo”, afirma la Dra. González. Al cabo de una semana de la cirugía, Pérez se sentía feliz porque la sangre volvía a fluir normalmente en su pierna. “Con la operación la mejoría fue casi instantánea. Estas personas que me atendieron me devolvieron la vida”.
Video y artículo escrito y producido por Shirley Ravachi.
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