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La obnubilación o “niebla mental” por COVID es común pero no se comprende bien

11 min read  |  enero 10, 2023  | 
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¿Ha tenido COVID-19 y luego experimentó problemas con sus pensamientos, la memoria o para mantenerse al día con las cosas que necesita hacer?

Tal vez haya hecho compromisos y luego los olvidó. O se encuentra buscando palabras con mucha más frecuencia que antes de tener la enfermedad.

Si es así, entonces se encuentra entre los millones de personas que informan haber experimentado la “niebla mental” por COVID, un término muy discutido en estos días. Aunque la investigación sobre la obnubilación o “niebla mental” por COVID es escasa, los investigadores en Inglaterra han recopilado datos sobre el problema y compartieron algunos resultados preliminares con la prensa.

El pensamiento confuso se encuentra entre los dos principales síntomas de la COVID.

“El síntoma número uno del que las personas se quejan comúnmente después de haber tenido COVID es la fatiga extrema. El segundo puesto lo ocupa la obnubilación o ‘niebla mental’, a falta de un término mejor”, dice James E. Galvin, M.D., M.P.H., director del Centro Integral para la Salud del Cerebro de University of Miami Miller School of Medicine. El Dr. Galvin se especializa en trastornos cognitivos y de la memoria. Señala que la “niebla mental” no es un diagnóstico médico.

Con cualquier enfermedad importante, las personas a menudo se quejan de que no se sienten tan bien como antes.

“Pero la mayoría de las enfermedades no ocurren en el contexto de una pandemia mundial”, comenta el Dr. Galvin. “El alcance de la COVID, con millones de personas afectadas, ha hecho que la “niebla mental” por COVID sea un problema que vemos con tanta frecuencia”.

Necesitamos entender mejor esta patología.

“Todavía no sabemos mucho sobre este tema, aunque hay muchas investigaciones en curso para explorarlo”, afirma el Dr. Galvin. “Sabemos que existe y que la gente lo sufre”.

En un estudio británico, los problemas posteriores a la COVID demostraron ser comunes pero no universales. En algunos ítems del cuestionario, hasta el 50 % de los participantes indicaron tener dificultades. Entretanto, un pequeño porcentaje de los encuestados sintió que su memoria había mejorado.

Se destacaron dos problemas.

“El primero, olvidarse cuándo algo había sucedido. El otro fue tratar de encontrar una palabra; el conocido ‘lo tengo en la punta de la lengua’”, dijo el Dr. Galvin.

El estudio británico, además de ofrecer detalles sobre cuántas personas han experimentado fallas en la memoria, también muestra algunas posibles razones. Además, proporcionará orientación sobre cómo protegerse usted y a sus seres queridos de la “niebla mental” por COVID en la medida de lo posible.

La memoria nos permite retener información, incluso a medida que pasa el tiempo.

Lo que experimentamos, aprendemos, conocemos y recordamos proporciona el marco a través del cual damos sentido al mundo y actuamos en él.

“Confiamos tanto en nuestros recuerdos que no hay forma de exagerar cuán importante es la memoria”, dice el Dr. Galvin.

Los investigadores británicos que estudian la “niebla mental” por COVID utilizaron el Cuestionario de Memoria Cotidiana, que incluye siete ítems que registran la capacidad de una persona para recuperar recuerdos. 

  1. Comprobar si la persona había hecho algo
  2. Olvidar cuándo algo ocurrió
  3. Olvidar qué se les dijo ayer
  4. Encontrar que una palabra estaba ‘en la punta de la lengua’
  5. Olvidar por completo hacer las cosas que dijeron que harían
  6. Olvidar detalles importantes de algo que hicieron
  7. No decirle a alguien algo importante

Cuatro ítems abordaron “problemas de seguimiento atencional”.

  1. Al hablar con alguien, olvidar lo que acababa de decir
  2. Al leer un periódico, ser incapaz de seguir la historia
  3. Confundir los detalles
  4. Repetir a alguien lo que le acababa de decir

Dos ítems no fueron categorizados.

  1. Comenzar a leer algo que ya había leído antes
  2. Olvidar dónde se guardan normalmente las cosas

La soledad y el aburrimiento son malos para el cerebro.

Muchos participantes del estudio informaron que sus vidas durante el encierro se volvieron aburridas porque se quedaban en casa día tras día, semana tras semana.

“Si un día es igual a los días anteriores y posteriores, es posible que el resultado sea olvidarse de cuándo suceden las cosas”, dijo el Dr. Galvin.

“Los eventos se vuelven borrosos”.

Además, la dificultad para encontrar la “palabra correcta” podrían ser el reflejo de menos tiempo social, según los investigadores británicos.

“La COVID interrumpió nuestras interacciones sociales en gran medida”, afirma el Dr. Galvin. “Eliminar ese tipo de contacto presencial de las personas realmente ha afectado la forma en que pueden mantenerse mentalmente alerta y socialmente comprometidos.

Un alto nivel de conexiones sociales juega un papel clave para mantener la buena salud del cerebro en general”, agrega.

La naturaleza del confinamiento por la COVID de una persona importaba.

Un hallazgo curioso del estudio es que cuando las personas estaban confinadas, el espacio de sus hogares importaba en términos de cuánto les afectaba la confusión mental.

Aquellos que experimentaron los tipos de confinamiento más estrictos, con poco espacio para moverse, parecían sufrir peores problemas de memoria que las personas que tenían más espacio para tener más desplazamiento físico.

El virus de la COVID no parece infectar las células cerebrales.

Algunos virus, como el herpes, pueden infectar directamente las células cerebrales o las neuronas. La mayoría de los virus no pueden causar infecciones directas dentro del cerebro debido a los efectos protectores de la barrera hematoencefálica. Esta barrera consiste en una capa de células especiales alrededor del cerebro que admite sustancias que ayudarán al cerebro y bloqueará aquellas que causarán daño.

 “La COVID no parece infectar directamente las neuronas. Lo que parece hacer es provocar cambios vasculares e inflamatorios que pueden impedir el funcionamiento de las células”, afirma el Dr. Galvin. “Entonces, los síntomas que conocemos como ‘niebla mental’ pueden deberse a los efectos secundarios del virus en la función cerebral”.

Si bien la ciencia aún no es clara, parece que el virus de la COVID provoca que los vasos sanguíneos microscópicos se hinchen, lo que puede limitar la sangre y el oxígeno que llegan al cerebro. 

“Además, está el problema de que los pulmones de una persona no funcionan tan bien, como normalmente lo hacen, durante una infección por COVID. Cuando los pulmones no funcionan a plena capacidad, el cerebro recibe menos oxígeno, lo que también afecta el pensamiento y la memoria”, explica el Dr. Galvin.

Para evitar desarrollar “niebla mental” por COVID, evite contagiarse.

“Decida su propio plan de protección personal”, aconseja el Dr. Galvin. El Dr. Galvin opina que el uso de una mascarilla es el modo principal y básico de protección y aconseja usarla el mayor tiempo posible.

“Considere vacunarse si aún no lo ha hecho, y anime a las personas cercanas a usted a que también se vacunen”, agrega. Si se vacunó, haga un seguimiento con el último refuerzo. Visite vacunas.gov para encontrar fácilmente un sitio cercano para una primera vacunación o un refuerzo.

Si se contagia con COVID, tome Paxlovid si es apropiado.

“Paxlovid es el primer fármaco antiviral oral que ha demostrado que funciona bastante bien para evitar la hospitalización y prevenir la muerte”, comenta el Dr. Galvin.

Paxlovid consta de dos drogas antivirales combinadas en una píldora, y está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration, FDA) para su uso en algunas personas, pero no para todas. El medicamento reduce el riesgo de enfermedad grave o muerte en casi un 90 % entre las personas no vacunadas de 12 años o más que pesan al menos 88 libras y tienen un alto riesgo de enfermedad grave.

“Si contrae COVID y reúne los requisitos para tomar Paxlovid, comience lo antes posible. Comenzar a tomar el medicamento rápidamente puede minimizar los efectos inmediatos y persistentes de la enfermedad, incluidos los problemas de memoria”, dice el Dr. Galvin.

El tratamiento con Paxlovid debe comenzar lo antes posible después de una prueba de COVID positiva y dentro de los primeros cinco días del inicio de la enfermedad para que la persona obtenga los beneficios del medicamento. Comenzar un tratamiento es ventajoso con la mayoría de los medicamentos antivirales.

Puede tomar medidas simples para lidiar con sus síntomas de confusión mental.

“Algunas estrategias simples pueden ayudarlo a lidiar con estos síntomas y a desempeñarse mejor. Implican tratar con cariño a su cerebro mientras se recupera”, dice el Dr. Galvin. Intente estos enfoques:

  • Planifique y priorice: “Identifique sus tareas más importantes y complételas primero para conservar su energía mental”, dice. Posponga o incluso elimine ciertos ítems de la lista de tareas pendientes que no sean tan importantes.
  • Controle su ritmo y descanse: muchas personas tienen más energía y claridad por la mañana. “Use sus mejores horas para hacer las cosas que le resulten más desafiantes”, dice el Dr. Galvin. Tome descansos frecuentes cada 30 o 45 minutos.
  • Rote las tareas: “Si tiene que hacer un trabajo mentalmente agotador, como por ejemplo trabajar con sus impuestos, tómese algunos descansos para hacer un tipo de tarea diferente que sea más simple. Tal vez sacar la basura o alguna tarea de jardinería”, sugiere el Dr. Galvin. La variedad puede despertar el cerebro para los trabajos más difíciles, al igual que estar al aire libre unos minutos durante el día.
  • Pida ayuda: ¿Puede un familiar, amigo o compañero de trabajo ayudarlo con algunas de sus tareas? Si es así, pida ayuda.

Anímese, salga y socialice.

 “Una vez que haya pasado por la fase aguda de la enfermedad, comience a aumentar sus actividades para mantenerse mental y físicamente en forma”, dice el Dr. Galvin.

Cuanto más en forma esté mental y físicamente, más probabilidades tendrá de evitar algunos de los síntomas de confusión mental, según explica el Dr. Galvin.

Ver gente es bueno para la salud del cerebro.

“La COVID ha cambiado la forma en que vivimos; lo hayamos tenido o no, ha cambiado la sociedad”, reflexiona el Dr. Galvin.

“Ya sea que esté encerrado o luchando contra el encierro, ha interrumpido las interacciones sociales en gran medida”. Y la actividad social tiene un papel fundamental, esencial en nuestro bienestar físico, mental y emocional.

Antes de la COVID, nunca pensábamos en salir a hacer trámites como comprar comestibles.

“Ahora, ya sea que use o no una mascarilla, se pregunta si la persona que pasa junto a usted o la que está detrás del mostrador de la tienda de comestibles tiene o no COVID”, dice. 

 “Los seres humanos somos criaturas sociales. Vivimos el aislamiento como un castigo; cuando un niño se porta mal, sus padres lo envían a su habitación”, dice el Dr. Galvin.

La COVID, entretanto, nos ha llevado a muchos a evitar a las personas para prevenir el contagio.

El aislamiento provoca angustia, y esto perjudica la salud.

“Tener pocos lazos sociales o en su mayoría vínculos débiles se ha relacionado con algunos de los problemas biológicos básicos, como la inflamación y un sistema inmunológico menos efectivo”, dice el Dr. Galvin.

Estos procesos físicos alterados preparan el escenario para una enfermedad grave o la muerte por COVID, otras infecciones y una serie de afecciones crónicas, como el cáncer y las enfermedades cardíacas.

Esto nos prepara para un nivel de preocupación y ansiedad de fondo más alto que el que teníamos antes de la COVID. “Menos socialización y todos estos sentimientos estresantes, día tras día, tampoco son buenos para el cerebro”, explica. “No sorprende que haya más quejas sobre ansiedad, depresión y fallas en la memoria”.

Socialice de la forma más segura posible.

Seguramente querrá evitar enfermarse con COVID-19. Pero reducir demasiado su vida social puede perjudicar su salud de muchas maneras. La clave es esforzarse por lograr un equilibrio razonable.

 “Tenga especial cuidado con los entornos nuevos en los que no conoce la situación que lo rodea”, aconseja el Dr. Galvin.

Por ejemplo, antes de aceptar una invitación a un evento social, hágale algunas preguntas al anfitrión.

  • ¿Cuántas personas habrá allí?
  • ¿Qué tan concurrido estará el sitio?
  • ¿Sabe el anfitrión si están vacunados o no?
  • ¿Será en un espacio cerrado o al aire libre? ¿Habrá opción para estar adentro o afuera? 

Todos tenemos que decidir cómo seguir siendo sociales.

“Tenemos que volver a ver gente y participar de las actividades de ocio que disfrutamos”, dice el Dr. Galvin. “De ese modo avanzamos y creamos una nueva normalidad”.


Milly Dawson es una escritora colaboradora del servicio de noticias de UHealth.


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