Las armas de fuego matan a más niños que cualquier otra cosa

En los Estados Unidos, las armas matan a más niños que los accidentes automovilísticos, las piscinas, el cáncer o las infecciones. Según datos publicados recientemente por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC), por primera vez en la historia, las lesiones por armas de fuego fueron las causa principal de muerte en niños en los Estados Unidos en 2020.

Aumentaron todos los tipos de muertes por armas de fuego, incluidos los suicidios, los homicidios y los disparos no intencionales. Sin embargo, el homicidio representó el aumento más significativo en las muertes por armas de fuego.

Tenemos el poder de cambiar estas estadísticas alarmantes y mantener a los niños a salvo de lesiones por armas de fuego y la muerte. Digamos #BastaDeArmas (#EndGunViolence) – Ver en YouTube

Si tiene armas de fuego en su casa, guárdelas en un lugar seguro.

Los niños están más seguros si no hay armas en el hogar.  Si tiene armas de fuego en su hogar, asegúrese de que esté guardada de manera segura. Esto puede salvar la vida de un niño. Las instrucciones de la American Academy of Pediatrics para guardar armas incluyen:

• Mantener el arma descargada.
• Mantener el arma con seguro.
• Guardar las municiones por separado.
• Mantener las municiones bajo llave.

Además, nunca limpie su arma en presencia de sus hijos.

El día ASK, se lleva a cabo el 21 de junio y hace referencia a la frase Asking Saves Kids (Preguntar salva a los niños).

Incluso si usted no tiene un arma en su hogar, el 44 % de los estadounidenses informan que viven en un hogar con al menos un arma. Además, el 48 % de los que viven en un hogar con un arma informan que tienen un hijo menor de 18 años en el hogar.

La American Academy of Pediatrics alienta a las familias a preguntar a sus amigos sobre la seguridad de las armas de fuego en sus hogares. Una pregunta tan simple como “¿hay algún arma sin asegurar en tu hogar?” puede salvar la vida de su hijo.

Si bien hablar sobre armas puede resultar algo incómodo, usar frases que se centren en su preocupación por sus hijos puede aliviar la tensión.

Estos ejemplos pueden ayudarlo a iniciar esta conversación que salva vidas.

• “Siempre me preocupa la seguridad de mi hijo. ¿Qué haces con las armas de tu hogar?”
• “Vimos una campaña por Internet y comencé a preguntarles a todos cómo guardaban las armas en sus hogares”.
• Si su hijo se muda a su primer departamento en la universidad o en otro lugar, haga lo siguiente: “Me preocupa la seguridad de (nombre del niño) desde que es pequeño, solo quería preguntar si había armas en el departamento y cómo las guardaban”.

Defensa de la seguridad de las armas en la comunidad

La American Academy of Pediatrics apoya la legislación sobre seguridad de armas para ayudar a abordar este problema crítico de salud pública.  Creen que las medidas de sentido común, como prohibir las armas de asalto y las municiones de gran capacidad, pueden salvar vidas.

También puede decidir involucrarse en la protección de toda nuestra comunidad de la violencia con armas al desempeñarse como defensor de la seguridad de las armas de fuego. Llamar a sus representantes estatales y federales para exigirles que aprueben nuevas leyes es una de las acciones que puede tomar.

Si bien los efectos de la descarga involuntaria de un arma de fuego pueden ser mortales, estos eventos también pueden evitarse. La seguridad de las armas es un conocimiento esencial para los padres que poseen armas, para aquellos que no poseen armas y para cualquier persona que quiera ayudar a mantener seguras a nuestras comunidades.

Si tiene inquietudes con respecto a la seguridad, la salud mental o física de su hijo, comuníquese con su pediatra para obtener ayuda. Para obtener más información sobre cómo mantener seguro a su hijo de lesiones por armas, llame a Injury Free Coalition for Kids, un programa patrocinado por The Children’s Trust, al 305-243-9080 o visite www.injuryfree.org.

Escrito por Julia Belkowitz, M.D., M.P.H., Kathleen Kelly, M.D., M.P.H., Lyse Deus, M.Ed. y Oneith Cadiz, M.D.

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