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Paciente con cáncer: El apoyo adecuado es pura magia

7 min read  |  agosto 10, 2023  | 
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Cuando a David Rodriguez le diagnosticaron cáncer de próstata en etapa 3 en noviembre, su mundo se vino abajo.

 Rompió a llorar cuando una enfermera le dio la noticia. Seguía llorando cuando llamó a su hermana desde el estacionamiento. No se atrevió a llamar a su madre o abuela ese día. Su hijo estaba sirviendo en los Marines, por lo que tampoco se lo dijo para que pudiera concentrarse en su misión.

A medida que pasaban los días, Rodriguez comenzó a sentirse mal. Vomitaba constantemente. Entrar y salir de su vehículo era muy difícil.

“Podría estar hablando con alguien, divirtiéndome y luego colapsar de agotamiento”, asegura Rodriguez, de 57 años, coordinador de oficina de una tienda minorista en Fort Lauderdale.

David Rodriguez, who was diagnosed with stage 3 prostate cancer, gives two thumbs up after being prepped for surgery at Sylvester.
David Rodriguez, a quien se le diagnosticó cáncer de próstata en etapa 3, demuestra su conformidad después de haber sido preparado para la cirugía de extirpación quirúrgica de la próstata a fines de 2022.

Y, luego, unas semanas más tarde, se le derivó al Sylvester Comprehensive Cancer Center y conoció los servicios de apoyo para el cáncer disponibles allí. Uno por uno, Rodriguez fue conectado con especialistas, psiquiatras, terapeutas y un pastor que lo ayudaron a navegar por las situaciones médicas, financieras y emocionales de un diagnóstico de cáncer.

Encontró paz mientras hacía arte en las clases de arteterapia del centro.

Se relajaba tocando la batería en las clases de musicoterapia del centro. Y disfrutó de la terapia de masaje que ayudó a su cuerpo a sobrellevar la situación y obtuvo una visión espiritual gracias a las largas conversaciones con el pastor del centro.

Y se encontró Zelde Espinel, MD, una psico-oncóloga que se desempeña como psiquiatra para pacientes con cáncer. La Dra. Espinel habló con Rodriguez sobre su ansiedad y se encargó de manejar su complicado caso. Ella lo puso en contacto con Jackie Lindeborg, una asistente médica que organizaba todas sus citas.

E incluso lo contactó con un endocrinólogo, que descubrió que Rodriguez también padecía la enfermedad de Graves. Este trastorno del sistema inmunitario afecta la tiroides, pero se puede controlar si se detecta a tiempo. 

“Para mí, (la Dra. Espinel) es un ángel que Dios envió solo para mí”, asegura Rodriguez.

Rodriguez es uno de los miles de pacientes que han pasado por los servicios de apoyo para el cáncer, que consta de un conjunto de 28 empleados de tiempo completo certificados para tratar a pacientes con cáncer a través de 10 tipos de servicios.

Durante el último año, la unidad ha logrado lo siguiente:

  • Distribuyó más de 300 pelucas y cobertores para la cabeza para pacientes que pierden el cabello durante las sesiones de quimioterapia.
  • Dirigió a los pacientes a través de más de 2,500 sesiones de terapia musical y artística.
  • Completó más de 4,500 evaluaciones nutricionales.
  • Realizó más de 8,500 sesiones de acupuntura, terapia de masaje y fisiología del ejercicio.

Nichole Puentes, Gerenta Sénior de Operaciones Comerciales del equipo, dice que constantemente se sorprende al ver cómo los pacientes responden a los servicios.

“Despierta algo en ellos que ni siquiera sabían que estaba allí”, afirma. “Resulta muy gratificante cuando se dan cuenta de lo creativos que son o desarrollan una nueva pasión por algo”.

Para Rodriguez, cada uno de esos servicios de apoyo para el cáncer ha resultado invaluable.

En diciembre, Mark Anthony Gonzalgo, MD, Ph.D. le extirpó la próstata usando el sistema de cirugía robótica da Vinci de la universidad. Desde entonces, Rodriguez ha utilizado casi todas las partes de los Servicios de apoyo para personas con cáncer de Sylvester.

En terapia artística, se le pidió que dibujara algo que reflejara cómo se sentía. Dibujó un candelabro blanco y negro “feo”, que estaba hecho añicos, cubierto de telarañas y manchado por el agua que caía del techo. Cuando la terapeuta de arte, Lindsey Weaver, M.A., A.T.R., le preguntó por qué dibujó eso, dijo: “Porque no hay color en mi vida en este momento”. Eso creó la oportunidad para que Weaver hablara sobre el dolor de Rodriguez y lo ayudara a encontrar algo de luz.

Rodriguez no tenía grandes expectativas con la terapia musical y los tambores que Mary Kauffman colocó frente a él. Pero, poco a poco, mientras Kaufmann tocaba música diferente y Rodriguez tocaba el tambor con sus manos, sintió que se calmaba y hablaba abiertamente sobre su vida.

Fue una conversación tan relajante que no quería que terminara.

David Rodriguez

Rodriguez estaba confundido cuando el equipo coordinó una terapia de masaje, pensando que eso no podría ayudar a una próstata extirpada. Sin embargo, Karen Lipay, una masajista licenciada, trabajó en su estómago y cuello y lo dejó sintiéndose renovado.

“Me dio un alivio increíble para mi dolor”, afirma.

Rodriguez se mostró muy escéptico sobre su cita con Martin Powell, D.Min., el capellán de Sylvester que tiene un doctorado en ministerio. Rodriguez se considera espiritual, aunque no religioso, y se lo dijo a Powell durante su primera conversación. Pero Powell aseguró que no estaba allí para convertir a Rodriguez a ninguna religión. Su único objetivo era ayudar a los pacientes a encontrar sus propias formas de superar las pruebas que enfrentan.

Rodriguez asegura que funcionó de maravilla. Ahora espera con ansias las charlas que mantienen.

“Sea lo que sea que sirva como ancla o base cuando la vida se pone difícil, mi papel es ayudarlos a encontrar esa roca”, indica Powell. “Para algunos, puede ser su iglesia; puede ser la oración. Para otros, tal vez pasar tiempo con sus nietos y mirar un álbum de fotos. La capellanía es dinámica, es muy amplia y realmente es un honor caminar junto a las personas que considero las más valientes del mundo lidiando con esta enfermedad”.

Mientras Rodriguez continúa su camino hacia la recuperación, dice que ha encontrado una nueva familia en Sylvester.

David Rodriguez (left) poses for a picture with son, Allan David Rodriguez.
David Rodriguez (izquierda) posa para una foto con su hijo, Allan David Rodriguez, mientras el padre se recuperaba de una cirugía en Sylvester.

La mayoría de sus parientes viven en Nueva York y su hijo siempre está de viaje con los Marines. Por eso, Rodriguez dice que sus visitas a diferentes servicios en Deerfield Beach, Boca Raton y Miami se han convertido en su salvación.

Conoce los nombres de cada una de las personas con las que ha trabajado, desde médicos y enfermeras hasta asistentes y recepcionistas. Cuando aparece, ya saben cómo prepararle el café para empezar el día. Cuando está en casa, responden inmediatamente a sus correos electrónicos.

Después de comenzar su recorrido por esta enfermedad en un charco de lágrimas, Rodriguez ahora siente esperanzas para su futuro.

“Encontrar a alguien que le ayude es un gran desafío”, asegura. “Encontrar un equipo completo de personas así, es pura magia. Hay que vivirlo para creerlo”.

Obtenga más información acerca de los Servicios de apoyo para personas con cáncer en Sylvester.


Alan Gomez es colaborador del sitio de noticias UHealth Collective.


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