¿Qué gérmenes pueden traer a casa los niños?
La temporada de regreso a clases significa más que lápices, crayones y loncheras nuevs. No se trata solamente de tareas que los niños llevan a casa desde la escuela. Los niños que están en contacto cercano con otros niños, sin ninguna culpa de su parte, a menudo se convierten en portadores de infecciones.
Los padres, sin embargo, pueden estar preparados para hacer frente a esas infecciones bacterianas y virales. Con ese fin, ofrecemos una práctica referencia sobre ocho de las infecciones infantiles más comunes:
El resfriado común
Los síntomas son conocidos: tos y estornudos, dolor de garganta, congestión y a veces fiebre leve. Desafortunadamente, un resfriado es difícil de evitar, pero relativamente sencillo de tratar. Asegúrese de que su hijo beba mucho líquido y descanse bien. Puede aliviar algunos síntomas más molestos con medicamentos de venta libre apropiados para la edad.
Nunca administre aspirina a los niños, ya que se sabe que desencadena el síndrome de Reye en los niños.
Atención: “Una vez que comienzan la escuela, los niños, especialmente los más pequeños, parecen estar resfriados constantemente”, afirma la doctora Nicole S. Torres, madre de dos hijos y pediatra en University of Miami Health System.
“Lo que sucede es que un resfriado dura de siete a diez días, y luego pueden tener una semana o unos pocos días en los que están bien antes de contraer otro resfriado. Hay tantos virus del resfriado que es imposible desarrollar inmunidad contra todos”.
A qué prestar atención: Fiebre que supera los 102 grados o que dura más de cuatro o cinco días. Esto podría indicar algo más grave. Consulte a su pediatra si su hijo presenta fiebre alta o prolongada, o si los síntomas empeoran.
La Dra. Torres recomienda a los padres seguir las pautas de la American Academy of Pediatrics: Si un niño de dos años o más pequeño tiene fiebre de 103 grados persistentemente durante más de 24 horas, si tiene tres años o más y tiene fiebre alta persistente, o si la fiebre desaparece pero el niño todavía se ve mal o de mal humor, llame el médico.
Además, esté atento a las quejas de dolor de oído. Algunas infecciones de oído son el resultado de un resfriado; un médico puede indicar si la infección del oído necesita un tratamiento específico. Las infecciones de oído recurrentes también pueden requerir intervenciones más agresivas.
La gripe (influenza)
Al igual que el resfriado común, la gripe cursa con dolor de garganta y tos, incluso congestión, pero existen algunas diferencias notables entre ambas afecciones.
Debido a que tiende a ser más grave, quienes padecen gripe experimentan fiebre más alta y, a veces, vómitos y diarrea, así como escalofríos y dolores corporales, que no son síntomas del resfriado común. Los síntomas también aparecen abruptamente y no gradualmente, como el resfriado común.
La buena noticia es que las vacunas contra la influenza son altamente efectivas.
Incluso si usted contrae una cepa de gripe, la enfermedad será menos severa.
A qué prestar atención: Los niños con asma, diabetes u otra enfermedad subyacente severa que presenten síntomas parecidos a los de la gripe siempre deben recibir atención de su pediatra u otro médico.
En niños sanos, ante la presencia de fiebre alta persistente, respiración dificultosa/rápida o cualquier empeoramiento de los síntomas, la Dra. Torres aconseja a los padres ser cautelosos y también comunicarse con el médico del niño. Cada año, niños pierden la vida a causa de la gripe; la mayoría de ellos tienen enfermedades subyacentes.
Gastroenteritis
Algunos microbios pueden causar graves molestias estomacales, además de vómitos y diarrea. También se sabe que algunos provocan fiebre leve e incluso dolores musculares. Afortunadamente, la mayoría de los virus estomacales desaparecen en 24 horas.
El mejor tratamiento, dice la Dra. Torres, es el reposo y beber mucho líquido.
Es probable que su hijo no quiera comer, por lo que es mejor esperar hasta que las náuseas desaparezcan. No le dé Imodium al niño, podría empeorar las cosas. Si bien las tabletas masticables de Pepto-Bismol para niños (nunca administre a un niño la versión para adultos) no tratan los vómitos y la diarrea, pueden ayudar con el reflujo o el malestar estomacal.
“Comience con líquidos claros y aumente la variedad de a poco”, aconseja. “Hidratar, hidratar, hidratar”. Además del agua, los niños también pueden beber Pedialyte.
A qué prestar atención: Esté atento a los signos de deshidratación. Ellos son: orinar con poca frecuencia, orina inusualmente concentrada, boca seca y labios agrietados. Si los vómitos son tan intensos que el niño no puede hidratarse, consulte con el médico. Si las heces acuosas tienen sangre, consulte también al médico.
Si los síntomas duran más de 24 horas, llame al médico.
Quinta enfermedad
Es una infección viral causada por el parvovirus B19. Su nombre correcto es eritema infeccioso, pero se le atribuyó ese nombre común porque resultó ser la quinta en una lista de clasificación de erupciones cutáneas comunes en la infancia.
Los síntomas a veces incluyen fiebre, dolor de cabeza y secreción nasal, pero su signo más revelador es una erupción en las mejillas, o la “erupción de mejillas enrojecidas” que también puede desarrollarse en el cuerpo. La erupción y otros síntomas suelen desaparecer por sí solos. El dolor o la hinchazón de las articulaciones es poco común, pero puede ocurrir.
A qué prestar atención: Si bien suele ser leve en niños sanos, puede resultar problemática para el feto en un embarazo. Las embarazadas deben evitar el contacto con un niño con esta erupción.
Faringitis estreptocócica
Causada por una bacteria llamada estreptococo del grupo A, afecta la garganta y las amígdalas y es muy contagiosa. Además de dolor de garganta y fiebre, los niños suelen experimentar molestias al tragar. Es posible que sientan dolor o inflamación en las glándulas del cuello, y también pueden quejarse de dolor de cabeza y de estómago. Por lo general, NO presentan síntomas respiratorios (secreción nasal y tos).
Es más común en niños mayores en edad escolar que en los más pequeños. Asegúrese de que no se trate de un resfriado u otra enfermedad viral: el médico debe examinar al niño. Si se trata de estreptococo, el médico le recetará antibióticos.
A qué prestar atención: Si bien las complicaciones graves no son comunes, las bacterias pueden propagarse a otras partes del cuerpo y causar varios problemas.
Estos incluyen infecciones sinusales, infecciones de oído, ganglios linfáticos hinchados, fiebre reumática (una enfermedad que puede afectar al corazón, las articulaciones, el cerebro y la piel) o glomerulonefritis postestreptocócica (una enfermedad renal).
Virus respiratorio sincitial (RSV)
El virus respiratorio sincitial (respiratory syncytial virus, RSV) es una infección infantil común que ha aparecido mucho en las noticias. Como tantos otros virus respiratorios, sus síntomas incluyen tos, estornudos, secreción nasal y fiebre.
En la mayoría de los niños en edad escolar tiende a ser leve, pero puede tener consecuencias graves en bebés y ancianos.
El RSV se puede controlar con medicamentos de venta libre como paracetamol o ibuprofeno y mucho líquido. Además, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. aprobó recientemente una vacuna contra el RSV para niños. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) recomiendan una dosis de nirsevimab para todos los bebés menores de ocho meses y dos dosis para bebés inmunodeprimidos de entre ocho y 19 meses.
A qué prestar atención: Si un bebé, especialmente un bebé de seis meses o menos, tiene problemas para respirar o tiene sibilancias notables, comuníquese de inmediato con el médico. Es posible que necesite hospitalización. Los síntomas graves pueden aliviarse con oxígeno adicional o intubación mecánica.
Conjuntivitis
La conjuntivitis es esa molesta irritación ocular que enrojece la parte blanca del ojo y, a veces, hace que los párpados se peguen. También tiende a provocar secreción y sensibilidad a la luz. Hay tres tipos de conjuntivitis: viral, bacteriana y alérgica.
Definitivamente se trata de un tipo de infección por la cual es necesario consultar al médico, dice la Dra. Torres.
Es la única forma de determinar de qué tipo de conjuntivitis se trata. Si es bacteriana, el médico recetará antibióticos.
El tipo viral es el más común y también es muy contagiosa. Desafortunadamente, el paciente tiene que esperar hasta que desaparezca. En cuanto a la conjuntivitis alérgica, lo mejor es tratarla eliminando el alérgeno que la causa, que suele ser el polen o la caspa de mascotas. Algunos confían en los remedios caseros de compresas frías y lágrimas artificiales para aliviar los síntomas.
A qué prestar atención: Si bien una infección viral generalmente desaparece en una o dos semanas sin consecuencias graves, algunos casos de conjuntivitis virales graves pueden tardar más y requerir medicamentos antivirales especiales recetados por un médico.
Es más, debido a que es tan contagiosa, las escuelas no permitirán que los niños regresen al aula hasta que los síntomas desaparezcan por completo. Las infecciones bacterianas deberían mejorar después de 24 horas de antibióticos.
Es necesario enseñar a los niños a no tocarse los ojos con las manos sucias. Además, los niños infectados no deben compartir almohadas, toallas, paños, maquillaje o cepillos, ni ningún tipo de lentes de contacto o anteojos.
Piojos (pediculosis)
Esos animalitos son molestos, pero, como explica la Dra. Torres, “no transmiten enfermedades y no saltan de cabeza en cabeza. Lo único que pueden hacer es gatear”.
En pocas palabras, estos pequeños y molestos insectos sólo provocan picazón.
Sin embargo, son comunes, especialmente entre los niños en edad de escuela primaria, y es extraño el año en que una escuela no experimenta una infestación.
Existen muchos medicamentos eficaces de venta libre y la Dra. Torres aconseja a los padres que estén atentos para eliminar los piojos en sus diversas formas, incluyendo las liendres o huevos, las ninfas y los piojos adultos.
Advertencia: Otros miembros de la familia corren el riesgo de ser víctimas de estos pequeños insectos; revise cuidadosamente el cuero cabelludo y el cabello de todos. Además, lave toallas, gorros, ropa de cama, juguetes de peluche y la ropa del niño infectado.
Algunas escuelas exigen una prueba de ausencia de piojos, así que verifique antes de enviar a su hijo de regreso a clases.
Si bien estas infecciones infantiles son comunes, tenemos armas para combatirlas. Una buena higiene de manos, dormir lo suficiente y comer de forma nutritiva nos ayudan a prepararnos para la batalla. También recomienda a los padres visitar el sitio web de la American Academy of Pediatricians, www.healthychildren.org, para una consulta rápida y sencilla.
“Nuestros cuerpos están bien equipados para combatir las infecciones. Podemos lidiar con la mayoría de ellas sin mayores inconvenientes”, afirma la Dra. Torres.
Ana Veciana-Suárez es colaboradora habitual de University of Miami Health System. Es autora y periodista reconocida que trabajó en The Miami Herald, The Miami News y The Palm Beach Post. Visite su sitio web en anavecianasuarez.com o sígala en Twitter: @AnaVeciana.
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