Tener gratitud, ¿es un superpoder?
Cuando nos sentimos bien, valoramos todo lo que la vida tiene para ofrecer. Estar agradecido por tener salud, familia y amigos, o lo que sea que lo haga sentir contento, seguro y realizado, es un estado mental poderoso. Los investigadores han descubierto que aquellos que reflexionan regularmente sobre estos sentimientos son más optimistas, hacen más ejercicio y, en general, gozan de mejor salud.
“Recientemente, una investigación verificó que expresar y experimentar gratitud puede brindar tranquilidad, relaciones personales más satisfactorias y felicidad en general”, explica Rosie E. Curiel Cid, Psy.D., neuropsicóloga de University of Miami Health System.
¿Qué puede hacer la gratitud por usted?
En las últimas décadas, los investigadores han explorado la conexión entre la gratitud y el bienestar. Han elaborado las siguientes teorías sobre cómo y por qué esta emoción tiene tanto impacto.
- La gratitud desvía nuestra atención de las emociones tóxicas y la dirige hacia las cosas positivas que antes no reconocíamos como importantes.
- La gratitud y el sufrimiento son emociones que compiten, por lo que no puede experimentar ambas al mismo tiempo.
- La gratitud puede ayudarle, incluso si no comparte sus pensamientos de agradecimiento con los demás.
- Reconocer y reflexionar sobre el agradecimiento puede ayudar a entrenar al cerebro para que sea más consciente y responda mejor a la gratitud, lo que podría ayudar a mejorar la salud mental con el tiempo.
- Los estudios de imágenes cerebrales funcionales (RMf) han relacionado los sentimientos de gratitud con el sistema de recompensa del cerebro (incluida la corteza prefrontal ventromedial, el núcleo accumbens y las vías dopaminérgicas). Esto significa que experimentar gratitud se siente bien.
Aumente su gratitud.
“Las emociones positivas se pueden invocar a voluntad. Hacerlo entrena un ‘músculo emocional’ que puede desarrollarse con el tiempo”, explica la Dra. Curiel Cid. “Los beneficios de la gratitud se demoran en mejorar la salud mental, pero algunos pueden experimentar un beneficio inmediato”.
Ciertas acciones pueden aumentar los sentimientos de agradecimiento.
Las dos prácticas de gratitud más estudiadas se relacionan con la escritura. Esto se debe a que es mucho más efectivo que simplemente pensar en las cosas por las que está agradecido. Puede contar sus bendiciones en un diario de gratitud o escribir cartas de agradecimiento a otras personas.
Los psicólogos descubrieron que los adultos que escribieron regularmente sobre su gratitud durante un estudio de 10 semanas de duración dijeron sentirse más optimistas y más a gusto con su vida. Los mismos participantes también hicieron más actividad física y necesitaron menos visitas al médico (en comparación con aquellos a quienes se les pidió que escribieran sobre sus molestias durante el estudio).
Otro estudio determinó que las personas mayores que escribieron diariamente sobre su gratitud informaron sentirse menos solos y con mejor salud.
“Cada día, durante al menos una semana, escriba tres cosas que resultaron bien para usted”, explica la Dra. Curiel Cid.
“Proporcione una explicación del motivo de que hayan salido bien. Estos aspectos pueden parecer de poca importancia (como, ‘Mi hijo hizo su tarea sin que yo le insistiera’) o de mucha importancia (‘Obtuve un gran ascenso’). Para hacer que este ejercicio forme parte de su rutina diaria, a algunos les resulta útil escribir antes de acostarse”.
- Asigne un título al evento o aspecto (por ejemplo, ‘Hoy tuve suficiente energía para completar mi lista de tareas pendientes’).
- Anote con precisión lo que sucedió con el mayor detalle posible. Incluya lo que hizo o dijo y, si otros estuvieron involucrados, lo que hicieron o dijeron los demás.
- Explique cómo le hizo sentir este evento en ese momento, cómo le hizo sentir después y cómo se siente ahora que lo recuerda.
- Explique qué cree que causó este evento.
- Incluya tantos detalles como desee.
- Escriba en su propio estilo y tono, sin preocuparse por la gramática y la ortografía. Esta narración es para usted, no para una audiencia.
- Si su mente se desvía hacia los pensamientos negativos, vuelva a concentrarse en el buen evento y los sentimientos positivos que lo acompañaron. Esto se vuelve más fácil con la práctica.
Escribir cartas de agradecimiento para los demás puede recordarle que no está solo.
Incluso si se siente realmente independiente y trabajador, tiene a alguien, algún lugar o algo que le ayudó a tomar buenas decisiones.
Expresar ese agradecimiento por escrito puede desviar su atención de las emociones negativas (como el resentimiento y la envidia) hacia la humildad, la bondad y la sanación.
- En papel, describa cómo una persona o grupo ha tenido un impacto positivo en usted y lo agradecido que se siente por tenerlos en su vida o en el mundo.
- No se limite a aquellos que han sido generosos con usted.
- Considere agradecer a las mascotas, los lugares (ciudades, hogares, escuelas, parques nacionales), objetos físicos (plantas, comida, ropa) y organizaciones (girl scouts, ligas deportivas, trabajo voluntario) que enriquecen su vida.
- ¿Qué sucede con aquellos que le han brindado apoyo emocional, guía espiritual y estímulo académico o profesional a lo largo de los años?
- ¿Quiénes le enseñaron a cocinar, bailar, tocar un instrumento o practicar un deporte, o a defender sus derechos? Identifique algo de lo que esté orgulloso; luego, escriba una carta de agradecimiento a la fuente de su inspiración.
- No tiene que compartir esta carta con nadie. Puede beneficiarse únicamente de la experiencia de explorar emociones y pensamientos positivos y dirigirlos hacia otros. Puede elegir expresar agradecimiento por un padre, docente o amigo que falleció o alguien con quien ya no está en contacto.
Los investigadores compararon a quienes escribieron cartas de agradecimiento con quienes no lo hicieron. Cuando los escritores de cartas experimentaron gratitud, también experimentaron una mayor activación de la corteza prefrontal medial del cerebro, que ayuda a regular la atención, el control inhibitorio, la formación de hábitos y la memoria.
“Esto es sorprendente”, afirma la Dra. Curiel Cid, “ya que este efecto se encontró tres meses después de que comenzó la escritura de cartas. Esto indica que simplemente expresar gratitud puede tener efectos duraderos en el cerebro”.
Cuando ser agradecido es difícil…
Algunas personas asumen que tienen poco o nada por lo que estar agradecidas. Se consideran a sí mismos como fracasos sin esperanza con mala suerte o éxitos autoprovocados. Nadie les ha dado nunca nada. Pero, independientemente de su situación en la vida, aún puede aprovechar la experiencia y los beneficios de la gratitud.
“Es bueno sentirse orgulloso de sus logros y gratificado por un trabajo bien hecho, pero también se puede experimentar la gratitud por los dones que tenemos y que no necesariamente se consideran extraordinarios”, explica la Dra. Curiel Cid.
“En nuestro día a día, podemos experimentar una profunda gratitud por lo ‘ordinario’. Puede estar agradecido por una sensación de bienestar; paz interior; la capacidad de caminar, ver u oír; y de regresar a casa con sus seres queridos. Al practicar la gratitud, incluso por las ‘pequeñas cosas’, nos sintonizamos más con la gama completa de experiencias que nos rodean, que pueden llenarnos de esta emoción positiva y prosocial”.
Dana Kantrowitz es colaboradora del servicio de noticias de UHealth.
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